La Guardia Civil alerta del peligro de que nos den “gato por liebre” a la hora de comprar alimentos durante las fechas navideñas. La alta demanda en los establecimientos de comestibles puede llevar a que los comerciantes aumenten su picaresca.
La Benemérita recuerda que es importante fijarse en las etiquetas. Todos los productos de calidad “deben estar documentados” con elementos identificativos que el consumidor puede y debe exigir al vendedor, explica el capitán José Manuel Vivas.
Trazabilidad del producto
¿Pero de qué sellos hablamos? Además de los productos embasados, que también deben incluir información sobre su composición, en caso de alimentos frescos, como la carne o el pescado, deben contar con una tarjeta que explicite su trazabilidad. Un sello en el caso del cochinillo, por ejemplo, o el crotal en la oreja del cordero.
Lo mismo sucede en el caso del marisco. No cuesta lo mismo un bogavante de Canadá que uno gallego. Para que no nos timen en caso de no ser unos expertos sobre las características de estos crustáceos, es fundamental exigir la documentación que acredita su procedencia.
Estado del producto
Con unos sencillos consejos también podremos asegurarnos de la buena calidad del producto y su estado de conservación. En el caso del pescado es fundamental fijarse en los ojos. Para saber que la pieza es fresca la piel tiene que ser de color vivo y las escamas brillantes. La recomendación también pasaría por no comprar nunca peces con los ojos hundidos y la pupila gris, ya que indica que está en mal estado.
Otro consejo útil a la hora de llenar la cesta de la compra de cara a las celebraciones navideñas se basa en algo muy simple: desconfiar de las gangas. Los productos estrella de estas fechas no pueden ser más baratos que durante el resto del año. Ojo, sobretodo, con ofertas en alimentos como el cochinillo, el cordero o el besugo.