Visitar tiendas y comenzar con los regalos de Navidad es una de las actividades más frecuentes de estas fechas. Requiere, en el mejor de los casos, toda una tarde recorriendo establecimientos hasta dar con el detalle adecuado para todos aquellos a los que se quiere obsequiar. Aunque muchos consumidores puedan estar acostumbrados a ello, hay algo que nadie soporta: las cosas de espera.

Estar con el regalo en la mano esperando a algún dependiente para que solucione una duda o esperar formalmente a que llegue el turno para pagar es algo que ningún comprador soporta. Además, en Navidad se complica. Las colas hasta la caja son más largas y la mayor afluencia de personas que acuden a las tiendas estos días hace que el camino hacia el mostrador se vuelva toda una odisea.

No más de 11 minutos

Los consumidores no son capaces de esperar más de 11 minutos. Según Tiendeo.com, empresa líder en catálogos online, la paciencia de los españoles tiene aproximadamente esta duración. Además, no solo ocurre en establecimientos del sector de la moda, también en supermercados. Solo uno de cada diez compradores esperaría más de 20 minutos con tal de conseguir un determinado artículo.

Una cola excesiva en caja supone ventas perdidas para la tienda. Casi la mitad de las personas que se encuentra esta situación cuando entran en un establecimiento renuncian a la compra. Con suerte adquieren el producto de forma online. En el peor de los casos, se marchan directamente a la competencia. De ahí que sea tan importante que la experiencia en el local sea óptima.

Los hombres y los juguetes, las excepciones

Uno motivo de peso para acudir a las tiendas durante estas semanas son Papá Noel y los Reyes Magos. Por lo tanto, los juguetes son los protagonistas y también la excepción. Los artículos para los niños son los que antes terminan con la paciencia de los compradores. La ropa y la electrónica completan las tres primeras posiciones.

En cuanto a sexo, también hay distinciones. Además, se cumple un tópico. Los hombres son más impacientes que las mujeres, especialmente si se trata de adquirir juguetes o ropa. Una tarde recorriendo establecimientos repletos de compradores puede terminar buscando alternativas en otras tiendas, mirar el producto online o incluso marcharse a casa con las manos vacías.

¿Qué se hace durante la espera?

Las redes sociales se han convertido en todo un clásico a la hora de soportar la espera. Tener el teléfono móvil a mano es una oportunidad para comparar precios justo antes de pagar y evitar las futuras devoluciones. Invertir el tiempo de esta forma puede suponer un ahorro si otro establecimiento tiene el mismo artículo a mejor precio.

Sin embargo, a pesar de lo recurrente que es un teléfono móvil en este tipo de situaciones, hay otra cosa que los consumidores hacen más durante el camino al mostrador. Fijarse en la persona que tiene delante o detrás en la cola. Un comportamiento que nunca se sabe cómo va a terminar. Se puede, desde entablar una simple conversación, hasta comprar también el artículo que lleva en sus manos.