A punto de entrar el invierno y en época de frío, las bebidas calientes se convierten en una de las principales alternativas para combatir el mal tiempo. Entre ellas, el chocolate con churros es un clásico de la época, ideal para pasar un rato en familia y para completar una merienda que gusta tanto a grandes como a pequeños. Además, aporta energía.

Con el paso del tiempo la tradición de comer chocolate con churros en esta época del año se ha ido afianzado y prolongando hasta acabar los festejos navideños. Por este motivo, las churrerías y chocolaterías de todas las ciudades españolas viven en estos días su particular agosto ofreciendo al público un placer culinario como pocos. En Barcelona, los puntos en los que poder disfrutar de un buen chocolate con churros son igualmente variados y numerosos. Estas son algunas de las mejores opciones para degustar esta delicia y lidiar con el frío en compañía de la pareja o de los amigos:

San Román

San Román es una de las churrerías más tradicionales de Barcelona. Fundada en el año 1969 este negocio familiar ha sabido mantener con el paso del tiempo el sabor y el cariño en sus elaboraciones sin dejar de lado la calidad de sus productos. Sus dos locales, situados en el barrio del Eixample y en Fabra i Puig, están abiertos todos los días de la semana desde las ocho de la mañana hasta las diez de la noche, ofreciendo el mejor servicio y atención al público.

Además de poder disfrutar de un buen chocolate con churros en el local, San Román también permite la realización de pedidos tanto a particulares como a bares, hoteles, restaurantes, caterings y celebraciones. Sus productos estrella son los churros de lazo y otros como los de chocolate o los de crema.

Dulcinea

Otro gran clásico para disfrutar de esta combinación culinaria es Dulcinea, una de las chocolaterías más reconocidas de la Ciudad Condal. Este establecimiento fue fundado en el año 1941 por Juan Mach y Elvira Farràs, quienes con el paso de los años han logrado crear un ambiente acogedor y familiar. Su éxito se confirma con las visitas de personajes emblemáticos de la historia de Cataluña como Àngel Guimerà o Salvador Dalí, clientes habituales durante su época.

Entre algunos de los productos destacados de esta chocolatería destacan sus chocolates a la taza, los churros, la crema catalana, el pastel de manzana o el arroz con leche. Actualmente Dulcinea puede encontrarse en la calle Petritxol 2, y está abierta durante todos los días de la semana.

Granja Viader

La historia de Granja Viader se inicia en el año 1870 de la mano de Rafaela Coma, la primera dueña del establecimiento, quien decidió abrir una lechería en un momento en el que este negocio empezaba a florecer en la ciudad. Tiempo más tarde y después de cuatro generaciones en las que el Viader consiguió salir airoso, Mercè y Josep Casademunt se hicieron cargo de esta empresa familiar conservando el espíritu de los miembros de la misma por el amor y la dedicación a sus productos.

En Viader pueden degustarse productos puramente tradicionales, entre los que destacan sus chocolates con churros, pasteles, miel, bollos artesanos, quesos, etc. Una de sus principales peculiaridades, motivo por el que atrae la atención de muchos turistas y curiosos, es que fue aquí donde se inventó la famosa bebida Cacaolat.

La Xocolateria by Oriol Balaguer

Oriol Balaguer es un prestigioso chocolatero que se dedica a crear productos gourmets con las mejores combinaciones de texturas y sabores. Hace cuatro años abrió un local llamado La Xocolateria by Oriol Balaguer, donde los churros con chocolate son los principales protagonistas, intentando cambiar la percepción popular de este alimento y aportándole un giro propio con una nueva propuesta más sofisticada.

Además de este producto, todas sus elaboraciones llevan su propio sello de autor, utilizando diseños únicos para hacer de la cocina una auténtica obra de arte. A destacar, por ejemplo, sus bombones, masas pasteleras, tabletas de chocolate, cremas, helados, etc.