Las ciudades más turísticas cuentan con determinados lugares en los que los visitantes logran contemplar perspectivas únicas de sus calles. Sin embargo, únicamente subiendo a los miradores se consiguen las visas más espectaculares de las mismas. En Barcelona, por ejemplo, existen multitud de edificios desde los que disfrutar de panorámicas dignas de fotografía, como el Mirador de Colón o el Mirador de la Torre de Collserola. Pero también hay atalayas naturales, como la montaña de Montjuïc o el Turó de la Rovira.
Los turistas que quieran conseguir el mejor punto de vista de la Ciudad Condal y, de paso, hacer las mejores fotografías para ganar likes en sus redes sociales, pueden dirigirse a cualquiera de estos miradores que recomiendan desde el Consorcio de Turisme de Barcelona.
Mirador de la Torre de Collserola
Como una gran jeringuilla que apunta hacia el cielo, la silueta de la Torre de Collserola se recorta en el horizonte barcelonés desde 1992. Se trata de uno de los símbolos de la localidad desde los JJ.OO. de 1992 y, además de aportar modernidad, se erige como el mirador más elevado sobre la llanura de Barcelona.
Torre de Collserola / JOAN CAMPDERRÓS - FLICKR
Esta torre de telecomunicaciones, diseñada por Norman Foster, es sin duda la infraestructura del año olímpico que ha pasado a formar parte del perfil de Barcelona. El arquitecto inglés concibió un complejo formado por una estructura de apoyo de instalaciones y la propia torre, que emerge en el llamado Turó de la Vilana (Colina de la Vilana), de 445 metros. Encaramada sobre un fuste de hormigón y un palo tubular de acero de 38 metros, la celosía superior se compone de trece plataformas. En la décima se encuentra el mirador público, a un altura total de 560 metros sobre el nivel del mar, metros que se salvan gracias a un elevador panorámico que llega a esta planta en sólo dos minutos y medio. Allí se alcanza esta impresionante balconada que permite una excelente vista de hasta setenta kilómetros de distancia sobre Barcelona y el área metropolitana.
Mirador de Colón
Situado al final de la Rambla, muy cerca del mar, el Mirador de Colón permite disfrutar de una inmejorable vista panorámica de la ciudad a sesenta metros de altura. Esta majestuosa obra, inaugurada en el año 1888 con motivo de la Exposición Universal, fue dedicada a Cristóbal Colón, ya que cuando volvió de su viaje a América eligió el puerto de Barcelona para desembarcar.
En su interior un ascensor recorre los 51 metros de altura de su columna de hierro de estilo corintio hasta llegar al mirador, desde el que se puede disfrutar de la Ciudad Condal a vista de pájaro: el Barri Gòtic, la Catedral, Santa Maria del Mar y la Rambla al norte, el Port Olímpic y el Fórum al este, la montaña de Montjuïc, coronada por el castillo al sur y finalmente al oeste Collserola, el inmenso pulmón verde que rodea la ciudad de Barcelona. Y encima, dominando el cielo barcelonés, se alza la figura de Cristóbal Colón. El descubridor, de cuerpo entero y de pie, sostiene una carta de navegación con la mano izquierda mientras que con el brazo derecho señala, de manera simbólica, la ruta hacia América.
Mirador d'Horta
El Mirador d'Horta es una magnífica plataforma sobre Barcelona que se inauguró en el 1995 y que se encuentra en la carretera que va de Cerdanyola a Horta, en el kilómetro 9’5, justo en la vertiente sur de la sierra de Collserola. Si se sube por la tarde, justo cuando el sol comienza a ponerse por el oeste, se pueden contemplar unas nítidas y bellas vistas sobre la ciudad. A los pies, muy cerca, se encuentran el Velòdrom, los barrios de Horta y Montbau y en último término el mar.
Mirador del Alcalde
Un balcón con vistas al mar y a la ciudad se abre desde el Mirador del Alcalde, que brilla con especial intensidad desde su reinauguración en enero de 2009. Es el lugar ideal para descubrir Barcelona y el puerto. Desde esta plataforma se puede ver cómo los edificios más altos y conocidos sobresalen en medio de la densa urbe, mientras que el mar, con su puerto y sus playas, la contempla con admiración y respeto.
Mirador del Alcalde / BARCELONA TURISME
Se trata de un conjunto de terrazas en diferentes niveles que forman un atractivo conjunto de jardines y fuentes ornamentales. Un curioso mosaico a base de fragmentos de vidrio reciclado dibuja en el suelo las diferentes plataformas en las que se organiza este mirador. En la parte superior, la fuente diseñada por Carles Buigas refresca todo el lugar. Hay también dos esculturas remarcables: l'Homenatge a Barcelona del escultor Josep Maria Subirachs y la popular Sardana, obra de Josep Cañas. Esta última parece bailar eternamente para dar la bienvenida a los visitantes de esta parte de Montjuïc.
Mirador de Sarrià
El de Sarrià, puerta de entrada al Parc de Collserola, es un bonito mirador que permite disfrutar de la vista sobre la parte occidental de la ciudad. Aquí la visión de la zona alta de Barcelona se enmarca en un entorno natural privilegiado en el que la gran metrópoli se extiende a sus pies. A unos 250 de altura, una pequeña explanada acondicionada como un mirador acoge una visión espléndida sobre Barcelona, especialmente del oeste de la ciudad.
Con Vallvidrera enfilándose por la falda de la montaña, el barrio de Sarrià es el primero que se divisa desde allí. Más allá, la Ciudad Condal se extiende hasta el mar. El mirador, acondicionado en 1992, es el enclave perfecto para contemplar la grandeza de esta parte de la urbe, además de constituir la puerta de entrada al Parque Natural de Collserola.
MUHBA Turó de la Rovira
Una altura de 262 metros sobre el nivel del mar y una visión de 360 grados convierten al Turó de la Rovira en un mirador natural privilegiado y en un emplazamiento estratégico para la defensa de Barcelona durante la Guerra Civil. La inauguración del espacio patrimonial del Turó de la Rovira supuso el arreglo y la actuación patrimonial en un lugar de la ciudad hasta entonces bastante degradado, aislado y desconocido.
Desde la primavera de 2015 el MUHBA Turó de la Rovira ofrece nuevos espacios de exposición, en los que presenta una síntesis de la historia de Barcelona a vista de pájaro, la Barcelona de la guerra y la posguerra, la batería antiaérea del Turó de la Rovira y el barrio de los ‘Canons’, así como el papel del barraquismo en la ciudad.