El exceso de lípidos en el cuerpo reduce la fertilidad. Así se desprende de un estudio liderado por la doctora y secretaria de la Fundación Tambre, Rocío Núñez, publicado en la revista Reproductive Biology and Endocrinology Journal.
Según el estudio, los índices elevados de lípidos (colesterol, triglicéridos y ácidos grasos) reducen la fertilidad tanto en hombres como en mujeres.
La relación entre lípidos y fertilidad
Para alcanzar esta conclusión, los investigadores, entre los que se encontraban el ginecólogo colaborador del Hospital Virgen de la Luz de Cuenca, el doctor Guijarro, y el experto de la universidad de Vigo Román Kireev, analizaron el líquido seminal de un grupo de hombres de entre 22 y 55 años, y el líquido folicular de mujeres con edades comprendidas entre los 30 y 41 años, para comprobar el nivel de lípidos.
"Hasta ahora los lípidos se medían en sangre y no en los líquidos relacionados con la reproducción, por lo que ahora hemos podido comprobar que existe una fuerte asociación entre la fertilidad y los niveles altos de lípidos", ha comentado la doctora Núñez, cuyo equipo realizó anteriormente un trabajo en el que demostró que la concentración de lípidos estaba relacionada con la fertilidad, si bien no se tuvo en cuenta la edad de los pacientes. En el nuevo trabajo sí han analizado los resultados con base en la edad y el índice de masa corporal (IMC), comprobando que esta asociación se produce independientemente de ambos factores.
Algunas diferencias entre hombres y mujeres
No obstante, en el caso de los hombres, sólo los niveles altos de triglicéridos y ácidos grasos se relacionaban con un menor número de espermatozoides, mientras que en las mujeres (en cuanto al número de ovocitos tras fecundación in vitro se refiere) la relación se produjo en los todos los lípidos, incluido el colesterol.
Estos resultados pueden servir para que se añadiera al estudio de fertilidad el nivel de lípidos del paciente, así como ampliar el estudio para ver la relación numérica entre los valores de lípidos y la fertilidad y, así, intentar reducirlos antes de un tratamiento. "El siguiente paso que debemos realizar también es ver si disminuyendo estos niveles se vuelve a aumentar la fertilidad", ha zanjado la doctora Núñez.