Cuando vaya a jugarse algo a cara o cruz, hay que pensarlo antes durante un momento y valorar las opciones antes de decantarse por unau otra. Porque la suerte no es lo único que influye en el resultado final. Y es que aunque el peso estadístico de cada opción no varíe demasiado, existen factores que pueden alterar el resultado, como de hecho sucede en numerosas ocasiones.
El tipo de moneda, la forma de ejecutar el lanzamiento o la superficie en la que vaya a caer la moneda afectan susceptiblemente en qué cara termina quedando hacia arriba. El resultado final puede depender, incluso, de la persona que lance la moneda al aire, así como de costumbres humanas que casi son imperceptibles.
¿Qué posibilidades hay?
El resultado no es igual de predecible si se lanza la moneda en una mesa o se tira al aire. De igual forma, si se atrapa durante la caída las probabilidades también son distintas que si se deja caer al suelo. Cuando la moneda se coge en el aire existe un 2% más de probabilidades de que salga cara. Sin embargo, es preferible escoger cruz, pues el extendido hábito de voltear la moneda al atraparla cambia frecuentemente el resultado.
Habitualmente las monedas cuentan con una pequeña cantidad más de material en el lado de la cara debido al grabado de las mismas. Esto supone que, siempre que no atrapemos la moneda durante su caída es, más probable que ésta termine mostrando la cruz hacia arriba. El resultado es mucho más predecible cuando, en lugar de lanzarla hacia arriba, se hace girar la moneda directamente sobre una mesa o sobre el suelo. En este caso, el roce con la superficie y el equilibrado de la moneda decantan el resultado hacia la cruz hasta en un 80% de las ocasiones.