El Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional ha recaído este año a Amref Health Africa y su filial española de AMREF Salud África, una organización fundada en 1997 por el doctor Alfonso Villalonga en colaboración con Jorge Planas. Ambos son dos cirujanos plásticos con gran reconocimiento en España. Impulsan los llamados Surgical Safaris, expediciones médicas en la Isla de Pemba, en Zanzíbar, o en Moshi, en Tanzania, que tienen como objetivo realizar intervenciones de este campo de especialidad con pacientes de la zona.
Algunos tardan hasta tres días a pie en llegar en el lugar donde se encuentra el hospital. Planas relata en su libro Historias y vivencias de un cirujano plástico la precariedad con la que trabajan. ¿Qué importancia tiene esta especialidad en estos países? Las manos de los doctores se centran en atender “quemaduras o cicatrices post-quemaduras, así como algunas malformaciones genéticas e incluso heridas provocadas por animales salvajes”, detalla en la publicación.
Falta de atención en África
Darles una solución a sus dolencias implica mejorar de forma exponencial su vida. Incluso en algunos casos plantea que la puedan proseguir con total normalidad en sus respectivos entornos. Igual que ocurre con las expediciones solidarias que organizan oftalmólogos, cardiólogos u otras especialidades médicas que también actúan de forma altruista en el continente, aunque el trabajo de los cirujanos plásticos pase más desapercibido.
El doctor Planas señala que actualmente sólo el 10% de las intervenciones quirúrgicas que se estiman necesarias en África del Este son atendidas. El trabajo de AMREF es resolver este déficit en las poblaciones más remotas y escondidas, las que presentan mayores carencias.
Precariedad
Para hacerlo superan incluso los retos que se plantean desde el punto de vista de las infraestructuras. La entidad echa mano de una flota de avionetas-ambulancia, los llamados Flying Doctors. Vuelan desde Nairobi, donde tienen la base, hasta los países donde sea necesario actuar. En la elección de la zona también pesa el hecho de que sean territorios que presenten unas mínimas garantías de seguridad.
Una vez allí realizan jornadas de trabajo maratonianas en las que realizan las intervenciones en condiciones bastante precarias, según los relatos de Planas. En algunos casos usan sólo anestesia local debido a las frecuentes interrupciones de electricidad, que pondrían en riesgo la vida de los pacientes si se usara sedaciones más fuertes.
Experiencias personales
El cirujano explica en su libro que en Moshi vio como los encargados del hospital lavaban las sábanas de quirófano en un río o cómo una enfermera mataba moscas mientras los doctores estaban practicando una operación. También recuerda la historia de Aftab, un niño de 10 años al que antes de intervenirle las manos le preguntó qué quería ser de mayor; “respondió ¡doctor, doctor!” y Planas no pudo contener las lágrimas.
Cabe tener en cuenta que esa era aproximadamente la edad que tenía él la primera vez que su padre, otra eminencia en el campo de la cirugía plástica, le llevó a ver su trabajo.
20 años de trabajo
“Siento una gran emoción de ver cómo ha crecido un proyecto que empezamos de cero hace más de 20 años”, concluye en cirujano. Su trabajo en el continente se vehicula a través de la Fundación Jaime Planas, una entidad sin ánimo de lucro vinculada a la clínica que lleva su nombre y que está abierta a otros especialistas que quieran unirse a los Surgical Safaris.
Amref Health Africa fue fundada en 1957 por los doctores Archibald McIndoe, Michael Wood y Tom Rees. Tres especialistas plásticos que despertaron años más tarde el interés de Villalonga, a quien el doctor Planas conocía de su paso por la clínica de la que es director médico.