Macià Alavedra ha fallecido esta madrugada a la edad de 84 años, después de diversos problemas de salud desde hace un tiempo. Ha muerto en el hospital Clínic de Barcelona. Alavedra fue el consejero de Economía más duradero en la etapa de Jordi Pujol. Era su mano derecha, diputado también en el Parlament y en el Congreso de los Diputados.
Hijo del poeta Joan Alavedra, secretario de la presidencia de la Generalitat entre 1931 y 1934, con Francesc Macià y Lluís Companys, Macià Alavedra vivió con su familia el exilio, en el sur de Francia.
Negociador
Alavedra fue el primer negociador de CiU con los gobiernos centrales. Logró la primera cesión del IRPF a las autonomías, con un pacto con el PSOE cuando Felipe González perdió la mayoría absoluta, en 1993. Con una gran conversación, culto, irónico, Alavedra mantenía una relación particular con Jordi Pujol. Fiel al presidente de la Generalitat, era también de los pocos consejeros y hombres de su círculo que tomaba distancias y criticaba abiertamente los pasos del líder de Convergència, principalmente cuando intuyó que Pujol lo dejó todo en manos de sus hijos, de forma particular en Jordi Pujol Ferrusola.
Alavedra mantuvo esa característica de gran negociador a lo largo de su carrera política. Liberal, fue fundador de Esquerra Democràtica de Catalunya, junto a Ramon Trias Fargas, partido que se integró en Convergència Democràtica.
En el Majestic con Aznar
Participó en el Pacto del Majestic, cuando, en 1996, CiU dio apoyo a José María Aznar para su investidura, a cambio de un acuerdo en diferentes materias, como una nueva cesión del IRPF, la supresión de los gobernadores civiles o del servicio militar, además de inversiones en el Puerto y aeropuerto de Barcelona.
Su influencia desde la recuperación de la Generalitat y las primeras elecciones en 1980 es enorme. Participó como ponente del anteproyecto del primer Estatut de 1979, conocido como el Estatut de Sau.
'Penas' del telediario
Con la retirada de Jordi Pujol, Alavedra también dejó la carrera política para ocupar puestos en el mundo de la empresa, como presidente de Autopistes de Catalunya. Pero en 2009 fue detenido dentro del Caso Pretoria, que tuvo su centro neurálgico en el municipio de Santa Coloma de Gramenet, por un asunto relacionado con el cobro de comisiones al actuar como intermediario entre políticos y empresarios. Fue detenido junto a otra pieza fundamental en los gobiernos de Jordi Pujol, Lluís Prenafeta.
Salió en los telediarios con la llamada “pena del telediario”, con esposas y conducido a un furgón policial. La Audiencia Nacional lo condenó a una multa de 3,2 millones de euros y a una pena de un año y once meses de prisión por diferentes delitos, tras un pacto con la Fiscalía, que le posibilitó no entrar en la cárcel.