Un corte del suministro eléctrico en la prisión de Ponent (Lleida) de ocho horas terminó la madrugada del martes con destrozos en varias celdas y seis reclusos aislados. El corte de luz empezó el lunes a las 22.10 horas y terminó el martes a las 5.30 horas. Durante ese tiempo, varios encarcelados en el módulo de conductas violentas destrozaron las instalaciones.
Entre otras cosas, los presos tiraron una pared de una celda y arrojaron los escombros a los funcionarios que trabajaban en aquel momento. Éstos pudieron reducirlos y los aislaron del resto de internos del centro penitenciario. Según la Consejería de Justicia, la cárcel activó los grupos electrógenos para garantizar los servicios básicos de los reclusos.
La avería
Continuaron en funcionamiento los sistemas de seguridad y el módulo de enfermería, además de la iluminación de los módulos. Los funcionarios fueron recorriendo el centro penitenciario para informar de la avería en los distintos módulos. Tres de los trabajadores de la prisión terminaron heridos con contusiones.
El motivo de la reacción de los reclusos que causaron desperfectos fue que no podían ver la televisión en sus celdas a causa del corte de luz. Entonces, empezaron a destrozar sus estancias y animaron al resto de presos a imitarlos. El suministro eléctrico volvió a funcionar con total normalidad a antes de las 6.00 horas del martes.
Reivindicaciones de los trabajadores
El sindicato de funcionarios CSIF se queja del exceso de horas extra que hacen los trabajadores de ese centro. Así, han animado a los empleados que dejen de trabajar fuera de su horario establecido a partir del 1 de noviembre con tal de protestar por la situación de falta de personal. “¿Has cobrado las pagas extraordinarias de 2013 y 2014? Pues no hagas horas extra” es la campaña que han iniciado.
El CSIF denuncia la “falta de voluntad de la Administración para contratar a nuevo personal y renovar las plantillas envejecidas”, de “dotar del número de jefes de unidad necesario” y de “sustituir las bajas médicas de larga duración”. En este sentido, aseguran que la prisión de Lleida es la más afectada pero no la única.