Las intensas lluvias de los últimos días han generado un grave problema para los vecinos del Turó de la Rovira. Las trombas de agua y corrimientos de tierra en las laderas de los montañosos barrios barceloneses de Can Baró y El Carmel han hecho aflorar un elevado número de restos de uralita, con el consiguiente riesgo para la salud que ello conlleva por contener amianto.
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Los restos pueden encontrarse en diversos lugares, entre ellos, algunas de las vías de acceso peatonal a los búnkeres del Carmel, zona de paseo para muchos barceloneses y uno de los principales reclamos turísticos de la ciudad por sus vistas panorámicas. Las escaleras que suben desde la calle de Tenerife, por ejemplo, aparecen este miércoles anegadas por el barro y por trozos de uralita en varios tramos, y también los accesos desde Francisco Alegre, según alertan vecinos de la zona.
El Distrito "evalúa la situación"
Los restos de uralita proceden de los escombros de las antiguas barracas del Turó de la Rovira, derribadas en los años 90. El Ayuntamiento de Barcelona hizo el pasado junio algunas intervenciones para erradicar un problema que se arrastra desde hace años, recogiendo los restos más visibles en ese momento con una empresa especializada en este tipo de limpieza, a raíz de las quejas y denuncias de los vecinos. Los trabajos, que según fuentes municipales siguen en proceso, incluyeron la pavimentación de los caminos más afectados por la contaminación, donde los restos eran, según su versión, inapreciables para recogerlos, y el cubrimiento con malla y sembrado de algunas áreas de la montaña. Dichas actuaciones tuvieron un coste de 200.000 euros.
Pero las últimas lluvias han vuelto a poner en evidencia el problema. Desde el departamento de prensa del distrito de Horta-Guinardó han explicado a Crónica Global que el distrito ya se ha puesto en contacto con la empresa especializada que hizo los trabajos de retirada de amianto en los últimos meses, y se está "evaluando la situación y las actuaciones a llevar a cabo". Este mediodía, la zona continuaba siendo accesible y no estaba acordonada.
Riesgo para la salud
Mientras tanto, agrupaciones de vecinos como Plataforma Can Baró alertan del riesgo que el amianto supone para la salud, y piden a quien se acerque a la zona que bajo ningún concepto pise ni toque los restos, "porque es muy perjudicial". La rotura de trozos de uralita puede soltar minúsculas fibras de amianto que, en caso de ser inhalados, pueden causar graves enfermedades y daños pulmonares.
La Asociación de Víctimas Afectadas por el Amianto en Cataluña (AVAAC) presentó este año una guía informativa sobre los riesgos de este material, un documento dirigido a toda la población para conocer el peligro para la salud que puede entrañar la exposición a este material, y las patologías y enfermedades que provoca.
Este mismo miércoles, la empresa Uralita ha sido condenada a pagar una indemnización de 1,7 millones de euros a 14 vecinos de Ripollet y Cerdanyola del Vallès afectados por el amianto que desprendía su fábrica. La sentencia indica que la compañía tenía conocimientos del “elevado riesgo” de usar esta sustancia, y la responsabiliza de las enfermedades y muertes de las personas que estuvieron en contacto con ella.