Peralada es un municipio de la provincia de Girona situado en la comarca catalana del Alt Empordà. Que su censo no llegue a los 2.000 habitantes no quiere decir que haya que pasar por alto esta pequeña localidad, ya que en sus calles esconde verdaderos tesoros de la historia. Una buena forma de descubrirlos es siguiendo la ruta histórica que proponen desde el centro de turismo Cultural Sant Domènec, que invita a los visitantes a conocer los principales elementos patrimoniales y personajes de la villa.
Castillo de Peralada
El Castillo de Peralada es un importante y complejo conjunto artístico construido en el siglo XIV por los vizcondes de Rocabertí, después que la primera fortaleza conocida como Castro Tolon y emplazada en la parte más alta del núcleo primitivo de la villa fuera destruida en 1285 durante la cruzada contra Cataluña comandada por el rey de Francia Felipe el Atrevido. El castillo fue la residencia principal de los Rocabertí hasta el siglo XIX, cuando se trasladaron a París.
Castillo de Peralada / JOSEP RENALIAS - WIKIPEDIA COMMONS
Durante estos siglos se han realizado múltiples reformas y ampliaciones. La parte más antigua corresponde a las dos torres que flanquean la entrada, construidas durante la primera mitad del siglo XIV. Testimonio de la pujanza de la casa Rocabertí en el siglo XVI es la fachada occidental, de estilo renacentista. La última gran restauración se llevó a cabo en el último tercio del siglo XIX, cuando los tres últimos hermanos de la familia condal volvieron a París, y que dio el aspecto actual al palacio, con la construcción del parque, diseñado por el paisajista francés Duvilliers y la incorporación del lago.
Portal del Comte
Corresponde al segundo recinto amurallado, construido en la última década del siglo XIII, después del incendio de 1285 que destruyó casi totalmente la villa. De esta segunda muralla, el portal del Comte era la principal puerta de entrada a Peralada y la que daba paso al camino que llevaba a Castelló d’Empúries. Aquí estaba el cuerpo de guardia que controlaba el acceso a la villa y cobraba los peajes para entrar las mercancías.
Iglesia parroquial de Sant Martí
La advocación a Sant Martí, el santo preferido de los reyes carolingios, evidencia la antigüedad de la iglesia parroquial de Peralada, confirmada después por las excavaciones arqueológicas, que descubrieron la planta de un pequeño templo prerrománico de principios del siglo IX. Hoy son visibles restos del templo románico, consagrado en 1208, y la torre del campanario, del siglo XIV, que testimonia la intención de construir un gran templo gótico que no tuvo éxito. El edificio actual es de estilo neoclásico y fue levantado a finales del siglo XVIII.
Murallas de Peralada
Durante la Edad Media la villa tuvo dos murallas. El primer recinto data de los siglos X-XI y actualmente se conservan escasos vestigios de él: un tramo en la calle Sota Muralla, donde todavía se observa una torre de planta cuadrada; otro en la calle Costa de les Monges, donde estaba la entrada del antiguo castillo; y el último en la plaza de Sant Domènec. Después del incendio de 1285 se construyó la nueva muralla, aún bien visible en muchos lugares de la villa. De esta muralla puede destacarse la torre de planta circular dentro del recinto del convento del Carmen.
Plaza Gran
Ha sido desde tiempos medievales el corazón de Peralada. El gran incendio de 1285 marca un antes y un después en la villa. Hasta entonces, la plaza Gran era sólo un espacio abierto dentro del recinto amurallado, pero con la reconstrucción de la ciudad en el siglo XIV la plaza adquiere un mayor carácter público. Se levantan edificios con soportales en el lado oeste, como el actual ayuntamiento, que a pesar de haber sido modificado conserva todavía vestigios de la época gótica.
El 'call jueu' (judería)
Como casi todas las ciudades importantes de los antiguos condados de Empúries, Girona y Besalú, Peralada también tenía un barrio judío, situado justo al lado del Convent del Carme, con el cual se comunicaba y del cual dependía. El llamado call da todavía hoy nombre a la calle que bordea el convento del Carme por el interior de la muralla. En un plano de Peralada del siglo XVIII se observa un espacio público que posiblemente correspondería a la plaza principal del call y donde quizá estaba ubicada la sinagoga.
La esclusa del Conde
El conde de Empúries Ponç Hug IV mandó construir diferentes esclusas para canalizar el agua del río Muga tanto para regar la huerta como para hacer funcionar los molinos de harina de Castelló d’Empúries. La esclusa actual data del siglo XVII y todavía canaliza el agua hacia el mismo canal de riego del Molí.