El clima, el paisaje, la costa, el entorno natural y la cultura. Estos son los grandes reclamos de la Costa Brava, un destino mediterráneo consolidado que dispone de numerosos productos turísticos como el turismo vacacional o de sol y playa, cultural, enogastronómico, activo y de naturaleza, así como otros más específicos, como el golf, salud y bienestar, y el turismo de congresos y reuniones.
La Costa Brava se identifica por la alternancia de playas amplias y calas pequeñas flanqueadas de vegetación y acantilados rocosos que se extienden desde Portbou hasta Blanes a lo largo de 220 kilómetros, muchas de ellas con bandera azul. Estos kilómetros de costa ofrecen la posibilidad de practicar una gran variedad de deportes acuáticos y, por su parte, las Vías Bravas permiten descubrir este espacio heterogéneo y único desde otro punto de vista: a través de itinerarios marinos públicos destinados a la práctica de actividades deportivas, lúdicas y pedagógicas.
En contacto con la naturaleza
La Costa Brava tiene una amplia diversidad natural. La región tiene cuatro parques naturales, de los cuales el Montseny fue el primer espacio declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco. Los parques naturales de los Aiguamolls de l’Empordà y el del Montgrí, islas Medes y el Baix Ter, de más reciente creación, preservan la fauna marina y ornitológica, especialmente migratoria. Asimismo, el paraje natural de interés nacional de L’Albera muestra claramente la transición entre el paisaje pirenaico y el mediterráneo.
Enogastronomía en la Costa Brava / COSTA BRAVA
Para los visitantes más aventureros y activos, una buena manera de descubrir el paisaje espectacular de la Costa Brava es entrar en contacto con la naturaleza mediante la práctica del senderismo, el ciclismo de carretera o de montaña, la náutica, el submarinismo, el salto en paracaídas, la hípica, la escalada o el golf, entre otros.
Turismo cultural
La oferta de turismo cultural atrae a millones de visitantes. Íberos, griegos y romanos descubrieron la riqueza de esta tierra hace siglos, como refleja el yacimiento de Empúries. El románico ha dejado auténticas joyas arquitectónicas, entre ellas el monasterio de Sant Pere de Rodes en el inicio del Camino de Santiago en Cataluña.
Los castillos y las fortalezas, junto con los pueblos medievales, el legado judío, las grandes obras del modernismo y la huella surrealista de Dalí, que engloba el Teatro-Museo Dalí en Figueres, la Casa-Museo Salvador Dalí en Portlligat, y el Castillo Gala Dalí en Púbol, marcan la identidad de estas comarcas y su gente. Hay que tener en cuenta, además, la artesanía, el patrimonio industrial, los festivales de música y artes escénicas, y las fiestas tradicionales y populares declaradas de interés nacional.
Gastronomía de calidad
En la provincia de Girona 15 restaurantes suman 19 estrellas Michelin. Entre estos destacan El Celler de Can Roca (Girona) de los hermanos Roca, actualmente considerado uno de los mejores restaurantes del mundo, Miramar (Llançà) de Paco Pérez o Les Cols (Olot) de Fina Puigdevall. Y capítulo aparte merecen los vinos de la DO Empordà, cuya calidad se puede descubrir a través de la Ruta del Vino DO Empordà.