Se acerca el fin de las bombillas halógenas. La fecha límite: el 1 de septiembre. Ese es el día en que ya no se podrán comercializar y el LED y bajo consumo sustituirán a unas bombillas que han marcado una época de ahorro y energía en muchos hogares españoles. 

El nuevo reglamento prohíbe su fabricación en todo el continente y se retirarán del mercado. Solo aquellas tiendas que tengan bombillas en stock podrán continuar con su venta hasta acabar existencias. 

Tecnología limpia

La apuesta por el LED (Light Emitting Diode) es firme. Es una tecnología más limpia y económica a largo plazo. Pese a que su precio es más elevado -- una bombilla halógena cuesta 1,80 una LED 5,50-- las primeras suelen durar una media de dos años mientras que las LED tienen una vida estimada de 15. Una inversión de futuro. 

Además, su consumo es menor. Las lámparas halógenas consumen --con los precios de la luz en España-- alrededor de 155 euros en diez años, mientras que el LED 21 euros en ese mismo periodo de tiempo.

Otras fórmulas para ahorrar

Pese a que la tecnología LED se postula como la mejor opción, no son la única. Todavía existen, especialmente en empresas y servicio al público, las lámparas compactas fluorescentes, también de bajo consumo. Se conocen como lámparas LFC y consumen hasta un 80% menos de luz que las incandescentes tradicionales.

Aun así, no tienen nada que hacer frente al LED a nivel energético y práctico: tardan varios segundos en lucir al máximo, contienen mercurio, por lo que deben ser recicladas en un punto limpio, y al encenderlas y apagarlas repetidamente se acorta su vida útil.