El pasado julio empezaron las obras de mejora y reordenación de las paradas del mercado municipal del barrio del Carmel, que está previsto que finalicen después del verano. Esos trabajos han suscitado indignación y sorpresa, a partes iguales, entre los paradistas de la instalación comercial por las molestias que originan tanto para ellos mismos como para sus clientes.
Pese a que en agosto hay una menor afluencia de clientes y actividad en el mercado, los comerciantes que mantienen su parada abierta durante estas semanas estivales se quejan de las perturbaciones que les ocasionan estas obras. Sobre todo, denuncian, por el ruido y el polvo que levantan. Los afectados lamentan que las reformas coincidan con sus horarios de trabajo. Consideran, según relatan a este medio, que “sanitariamente esto no debería estar permitido”.
"Se tendría que haber hecho de otra manera"
Existe un amplio consenso entre los paradistas del mercado a la hora de cuestionar la compatibilidad entre las obras y la propia actividad diaria. “Se tendría que haber hecho de otra manera, no han respetado las horas de venta”, señala el dueño de una carnicería, que no entiende por qué no trabajan a partir de las dos de la tarde, cuando el mercado cierra sus puertas. “Veo lógico que se trabaje, porque las obras son necesarias, pero fuera del horario de venta, claro. Piensa que ellos están aquí entrando y saliendo con material mientras nosotros seguimos despachando”, sentencia el hombre.
Mercado del Carmel abierto y con obras
Y es que las obras generan una gran cantidad de polvo en el interior del recinto que dificulta el día a día de los comerciantes. “Me paso toda la mañana dedicado a los cristales y el suelo de polvo. Hace menos de media hora he limpiado esta parte de aquí. Ves, ahora ya vuelve a estar un poco sucio”, afirma la dependienta de otra de las paradas, mientras pasa su dedo por el cristal que protege los alimentos.
Quejas al ayuntamiento
Algunos comerciantes aseguran que tienen intención de interponer una queja formal al Ayuntamiento de Barcelona por lo sucedido. “Lo veo bastante serio. No entiendo cómo lo permiten a nivel sanitario. Esto lo han tenido que comunicar, porque el Institut de Mercats de Barcelona son los que dan el permiso de obras. Ellos habrán tenido que acordar los horarios de trabajo”, señala otro propietario. El paradista no sabe con exactitud quién ha sido el responsable de esta decisión, aunque apunta directamente al Institut de Mercats, dependiente del Ayuntamiento de Barcelona.
Preguntados por la reacción que todos los trabajos provocan en los clientes, los comerciantes aseguran que algunos de ellos “se quejan cada vez que vienen”. “Otros --añaden-- han optado directamente por ir a comprar al mercado de la plaza de Horta”.
Sin embargo, no todas las opiniones son coincidentes. Luis, vecino del barrio del Carmel, asegura, a la salida del mercado, que no ve inconveniente. “A mí personalmente no me molestan las obras. Ahora --prosigue-- en verano hay mucha menos gente y veo lógico que trabajen más horas para acabar cuanto antes. Lo importante es que el mercado vuelva a la normalidad en septiembre”.
Otros, en cambio, se quejan del ruido y sobre todo del polvo que levanta la obra. Es más, algunos desconfían a la hora de comprar ciertos productos por motivos de higiene. "Yo le compro a él porque sé que protege bien el producto, pero la fruta y otros alimentos que están expuestos sin plásticos prefiero comprarlos en el mercado de Horta hasta que acaben las obras de éste", señala una clienta mientras la atienden en la carnicería Ruiz.
Lonas cubriendo diversas paradas del mercado del Carmel