El exceso de confianza por parte de quien sostiene el volante es uno de los mayores enemigos en la carretera, sobre todo en época estival, en el que la movilidad y el tráfico rodado aumenta exponencialmente. La precaución y los pequeños gestos para una conducción más segura pueden evitar muchos accidentes, como por ejemplo, mantener una buena hidratación y realizar paradas cada dos horas o cada 150/200 kilómetros, tal como aconseja la Dirección General de Tráfico (DGT).
Sin embargo, a pesar de que ésta es una de las consignas que la institución repite cada época festiva, aún hoy el 15% de los conductores asegura no parar durante los viajes y otro 34% reconoce hacer pausas sólo cuando necesita gasolina.
‘Gap’ entre teoría y práctica
Estos datos han sido extraídos del informe de conducción en verano realizado por la startup de venta de vehículos por internet Clicars.com, en el que también se refleja que más de la mitad de los encuestados, en concreto un 51%, son conscientes de la importancia de hacer paradas de manera frecuente en los viajes largos. Es decir, que el conductor español conoce la teoría de la circulación, pero no la pone en práctica.
Otro de los aspectos que refleja esta conclusión es el exceso de equipaje en los desplazamientos. El Real Automóvil Club de España (RACE) recuerda que cargar demasiado el coche puede afectar al consumo del coche, que podría incrementarse hasta en un 25%. Además, el exceso de preso también dificulta la conducción, ya sea por la reacción del vehículo por exceso de equipaje --que incluso puede desestabilizarse si no están bien sujeto-- o, simplemente, por disminuir la visibilidad del conductor. Sin embargo, el estudio de Clicars.com muestra que el 58% de los españoles llenan el maletero hasta arriba.
Cuidar la vista
En un mes de agosto como el actual, en plena ola de calor y con una previsión de 45,7 millones de desplazamientos según la DGT, se vuelve completamente necesario extremar las precauciones y tener todos los sentidos alerta, especialmente la vista. Y vuelve a detectarse, en este caso, la falta de correlación entre la teoría y la práctica. Los datos proporcionados por el RACE apuntan a que dos tercios de los conductores en España consideran que el estado de su visión afecta a su seguridad vial. Pero, a la vez, un 50% de ellos no se revisa la vista desde hace más de un año y un 30% afirma que las gafas de sol que utiliza para conducir no son graduadas.
En este sentido, desde la aseguradora RACC recomiendan que las lentes solares no solo tengan la graduación adecuada sino que además tengan cristales polarizados. La razón principal es que este tipo de cubierta elimina los reflejos de los rayos de sol en edificios acristalados, vidrieras o en la carretera mojada, que pueden provocar un gran deslumbramiento al volante. Además, para los motoristas que no cuenten con visera solar incorporada en el casco, recuerdan que las gafas de sol deben entrar bien en el casco sin necesidad de forzarlas para evitar molestias, que las patillas sean flexibles y los cristales resistentes para evitar sufrir heridas en caso de accidente.
Botiquín preparado
A pesar de que no es obligatorio que los vehículos cuenten con un botiquín de primeros auxilios, es muy recomendable tenerlo por si surge algún problema o accidente menor. La normativa DIN 13164 propone que la caja de emergencias esté dotada de esparadrapo, compresas, guantes, tijeras, apósitos, vendas y una manta térmica.
Además, tanto la DGT como el Ministerio de Sanidad sugieren llevar analgésicos de uso común, como el paracetamol o las aspirinas, y también antisépticos y compuestos yodados para tratar y desinfectar heridas superficiales. Otros objetos que pueden ser de ayuda serían un termómetro, pinzas, productos para tratar las picaduras de insectos y chicles o pastillas para el mareo.