Un total de ocho ciclistas han fallecido en accidentes de tráfico desde que empezó el verano. En los últimos días, han sido cuatro las víctimas mortales y una persona ha sido herida grave, lo que ha reavivado el debate sobre la seguridad de los ciclistas en la carretera. De hecho, entre enero y julio, las muertes han sido 19. El año pasado, de las 1.830 víctimas por accidentes de tráfico, 78 eran ciclistas.
La Comunidad Valenciana es una de las que más registra, especialmente en la carretera N-322, que recorre el litoral desde la capital hacia el sur. Fue el escenario del atropello de seis ciclistas en Oliva el año pasado, que se saldó con tres muertos. Dos de los cuatro accidentes que han provocado la muerte de ciclistas desde el 21 de julio fueron en la región.
Valencia, Lanzarote, Madrid y Guipuzkoa
Una de ellas fue precisamente en la N-322, cuando el domingo murió un ciclista en Guardamar del Segura (Alicante) al ser arrollado por un vehículo. Otro fue en Moncada (Valencia), donde falleció un hombre de 85 años por las mismas causas. En la Costa Teguise (Lanzarote) murió una mujer francesa de 57 años que iba en bicicleta por un accidente.
La última muerte ha sido la mañana de este miércoles en Rascafría (Madrid) al impactar el ciclista con un corzo que estaba en la carretera. El domingo, un ciclista de 58 años fue ingresado en el hospital de Donostia al ser herido grave en un atropello en Deba (Guipuzkoa).
Peligro en la carretera
Este julio han muerto otras dos personas: un hombre de 75 años arrollado por una furgoneta en Algete (Madrid) y uno de 40 años en Villena (Alicante) que circulaba por el arcén de una carretera con su hijo de ocho años. En ambos casos, los conductores de los vehículos implicados dieron positivo en el control de alcoholemia. Este es precisamente uno de los motivos por los que se debate el peligro que corren los ciclistas en las carreteras, además del exceso de velocidad.