El municipio tarraconense de Riba-roja d'Ebre, de poco más de 1.100 habitantes, ha decidido cerrar la piscina municipal ante los reiterados episodios de bañistas que orinan en el agua, según ha informado el consistorio.
De esta manera, el consistorio pretende garantizar la salud pública de los usuarios, para lo cual ha tomado medidas de urgencia como controlar nominalmente las entradas y salidas del recinto, colocar detectores de orina en el agua de la piscina y pedir la colaboración de personas voluntarias y anónimas que se encargan de vigilar las instalaciones mientras la piscina está abierta.
Cámaras de videovigilancia
El Ayuntamiento de Riba-roja d'Ebre explica en un comunicado que está estudiando instalar cámaras de videovigilancia en el recinto para acabar con la "desagradable situación" e identificar al autor o autores de incidentes futuros.
El consistorio avisa de que este "comportamiento grosero" representa un atentado contra la salud pública y puede ser constitutivo de delito penal y motivo de sanción de acuerdo con el ordenanza municipal de civismo.
Medidas excepcionales
Las medidas, adoptadas con carácter de urgencia, llegan después del vaciado completo de la piscina, que tuvo lugar la semana pasada, en un parón de dos días que coincidía con la parada técnica de cada verano y que sirve para comprobar el correcto funcionamiento de las instalaciones.
Si, a pesar de todo, los episodios se repiten, el ayuntamiento procederá a hiperclorar el agua, lo que obligará a restringir el baño a tres horas, para evitar el riesgo para la salud de las personas, ya que puede provocar infecciones gastrointestinales, dermatitis, conjuntivitis y otitis, entre otros.