El comisionado de Ecología de Barcelona, Frederic Ximeno, ha anunciado este lunes que la obligación de pasear a los perros atados excepto en zonas señalizadas no entrará en vigor hasta al menos otoño de 2019, después de evaluar nuevas áreas para estos animales y de usos compartidos. La normativa podría implementarse una vez finalizado el mandato de la alcaldesa Ada Colau.
Ha destacado que han acordado con el Consell Municipal de Convivència, Defensa i Protecció dels Animals hacer una prueba de un año con los espacios de perros, que terminarán de definirse a partir de septiembre. La obligación de llevar a los perros atados fuera de estos espacios se activaría en otoño del próximo año.
Atados, excepto en áreas específicas
Ximeno ha señalado que, después de que todos los distritos dispongan de áreas de ocio para perros, deben definir los espacios de uso compartido --en horarios determinados podrán llevarse perros sin atar--, que detallarán un grupo de trabajo del Consell y que luego se someterán a la evaluación durante un año.
Así, "no habrá sanciones hasta que se ponga en marcha dentro de un año" la prohibición, ha dicho Ximeno, ya que por ahora se puede llevar el perro sin atar si obedece las indicaciones del propietario, mientras que la Ordenanza de Animales aprobada en 2014 establece que deben ir atados, excepto en áreas específicas.
Áreas de ocio
La ciudad dispone de 110 áreas de ocio para perros --con 20 de más de 700 metros cuadrados y 90 más pequeñas, que suman 45.000 metros cuadrados--, y 606.500 metros cuadrados de áreas forestales. El Ayuntamiento propone crear 89 zonas de uso compartido (ZUC), con las que se superarían 1,2 de metros cuadrados, además de Collserola y las playas fuera de temporada alta.
Estas zonas de uso compartido, como parques y plazas y sin barreras, permitirán que los perros vayan sin correa en horarios determinados, especialmente a primera y última hora del día y sumarán más de 600.000 metros cuadrados.