El sindicato CSIF ha presentado un escrito ante el Ayuntamiento de Barcelona en el que asegura que efectivos de la Guardia Urbana están recibiendo amenazas y coacciones por parte de superiores.
Según los representantes de los trabajadores, varios de los mandos policiales han admitido que es la propia regiduría del consistorio la que ha dado la orden y que algunos de ellos han desistido a realizar tal abuso de poder. Ante esta situación no dudan en amenazar "con procedimientos judiciales a corto plazo".
Malas condiciones laborales
La intimidación vendría motivada, desde el punto de vista del sindicato, por la “grave situación” en la que se encuentra el cuerpo policial. En la misiva enviada al ayuntamiento aseguran que la Guardia Urbana carece de efectivos -- estiman la falta de unos 800 agentes--, recursos materiales, formación y dependencias “dignas y seguras”.
Estas condiciones afectan a los trabajadores y han producido el aumento tanto de las bajas por ansiedad y otras patologías como de las peticiones de indispuesto y reposo de 48 horas, reflejadas en el convenio laboral. Para lidiar con la situación, el ayuntamiento liderado por Ada Colau toma “el camino de las coacciones y de las amenazas hacia sus agentes” a través de la represión interna por parte de los mandos superiores.
Abandono por parte de Colau
El CSIF recrimina a la alcaldesa de Barcelona la dejadez que sufre la Guardia Urbana desde que se hizo con la alcaldía de la ciudad y que se ha visto “perjudicada por sus políticas públicas”.
No es el único grupo de trabajadores municipales que achaca a Colau pasividad respecto su situación. Ayer los trabajadores del metro pausaron la actividad del suburbano durante unos minutos para hacer un llamamiento sobre la inseguridad con la que lidian a diario.