Este martes empieza un juicio que marcará un antes y un después en la historia de la Justicia española. La Audiencia Provincial de Madrid celebra el primer juicio por bebés robados, algo que se espera que pueda cambiar la legislación de forma definitiva.
La presidenta de la Asociación Bebés Robados de Murcia, Inés Madrigal, ha señalado que es un "día importante", pero a su vez una situación difícil, ya que para llegar hasta el día de hoy se han archivado más de 2.000 casos en toda España. Más allá de encontrar culpables, Madrigal ha destacado que lo más importante para los afectados son "los reencuentros y las búsquedas que no se están realizando". Su asociación y otras decenas piden que se promueva alguna ley para que "la policía y los jueces investiguen los hechos con los mismos datos" y ha añadido: "Necesitamos un banco de datos gratuito de toxicología en donde se hagan pruebas fiables".
El acusado
Madrigal ha conseguido sentar en el banquillo a Eduardo Vela, la primera persona juzgada por el robo de un bebé. Vela es un ginecólogo de 85 años que como muchos otros acusados, separó a bebés recién nacidos de sus padres biológicos. La madre de Inés Madrigal, llamada Inés Pérez y fallecida en 2016 dio su versión de los hechos en 2011. Pérez contó que llevaba 19 años casada sin quedarse embrazada. Para ayudar a otras madres, trabajaba como voluntaria en un convento donde madres "viudas o solteras" dejaban de manera temporal a sus hijos.
Y detalló: "Me llamaron un día de San Ramón y me dijeron que fuera al día siguiente porque tenían una sorpresa para mí". Al llegar allí, el doctor Vela me dijo: "Mira qué regalo. Tengo una niña para ti". Pérez siempre explicó que el doctor le había dicho que una mujer se había quedado embarazada mientras su marido estaba fuera, por lo que no podía quedarse con el bebé.
"El doctor Vela escribió muchos papeles, que luego le dio a mi marido. De la clínica salimos directos al registro. Y después fuimos a una tienda a comprar el carrito, la ropita... porque yo no tenía nada, claro, había sido una sorpresa", relató Pérez.
Aun así, Inés Madrigal, aquella bebé regalada a su madre piensa que "es posible que mi madre no supiera nada y que mi padre le dejara dinero al cura". La asociación SOS Bebés Robados calcula que son más de 300.000 los niños arrebatados a sus padres entre 1938 y la década de los 90.
Venta de menores
SOS Bebés Robados asegura en su página web que los menores eran robados en hospitales y clínicas de todo el país "con la única finalidad de vender a los recién nacidos". Y señala a los padres adoptivos como víctimas secundarias ya que la mayoría creían que se había hecho de forma legal.
"Cuanto más rubios y más guapos, más dinero se pagaba. Como si tú compras un perro y ves el pedigrí, igual: los han tratado igual", denuncia Mari Cruz Rodrigo. "Por lo menos yo me siento así, a mí me quitaron a mi hijo cuando tenía 21 años".
Rodrigo sigue en busca de su segundo hijo. El hospital le dijo a los pocos días del nacimiento que había fallecido, pero nunca le entregó el cuerpo y siguió pidiéndole leche materna porque, supuestamente, la suya era "de muy buena calidad".
Sor María
Otra de las personas señaladas en estos casos es la monja María Gómez Valbuena, más conocida como Sor María. Su firma aparece en centenares de documentos de adopción y se la considera la mano derecha de Vela. Ahora, las esperanzas de que se pueda conocer la verdad se desvanecen, ya que la religiosa falleció en 2013.
Rodrigo explicó que la principal dificultad es conseguir las pruebas, es decir, que los padres adoptivos confiesen. La mayoría no están dispuestos por miedo a acabar procesados ellos también. Un escenario que ni los hijos adoptivos quieren. Pero Inés Pérez, en palabras de Rodrigo, "le echó narices" y cuando su hija le explicó que tenía que denunciarla para que pudiera ser llamada a declarar en contra de Vela, aceptó.
Cárcel
De momento el fiscal pide 11 años de cárcel para Eduardo Vela por los delitos de detención ilegal, suposición de parto y falsedad en documento oficial. Pero, con más de 80 años, Vela podría no ingresar en prisión aun siendo declarado culpable. De hecho, muchos de los bebés robados que buscan a sus padres biológicos, como Inés Madrigal, solo quieren que diga la verdad y pueda zanjar su búsqueda que ya dura años.