La pérdida de prestigio de los motores diésel sigue su camino. Más allá de las consecuencias ambientales de sus emisiones, las conjeturas sobre cómo serán los vehículos del futuro los dejan de lado. Cuestión que ha generado muchas dudas sobre su vida útil, tanto en los fabricantes como en los usuarios. Los coches eléctricos se postulan como los favoritos para las grandes marcas de la automoción y han generado una batalla entre los defensores y los detractores del motor. Las empresas con intereses en este sector defienden en un estudio que este combustible es uno de los más eficientes y con menor impacto medioambiental.

Las cifras confirman que el diésel se mantiene como el motor más vendido en España. Aun así, su venta ha decaído. Dominó la comercialización hace una década, pero los gasolina han recuperado parte de su cuota de mercado y actualmente se encuentran casi empatados. En 2017, el 48,3% de los vehículos matriculados fueron de este tipo de combustible frente el 46,6% de gasolina. Solo el 5,1% restante fueron eléctricos o híbridos.

Normativa europea

En el documento publicado se indica que tras la aprobación de la normativa comunitaria Euro6 en 2014, los diésel son los modelos menos contaminantes. El Libro del Diésel, el nombre que recibe la publicación del grupo GreenChem, lo defiende como el "combustible del futuro". El director general de la organización e impulsor del estudio, Oriol Canut, reivindica incluso una etiqueta de bajas emisiones para estos modelos. “El diésel jugará un papel muy importante, es extremadamente ecológico, aunque se piense que no”, afirma en conversación con Crónica Global. Defienden que "ejemplarizan el concepto de tecnología limpia”.

Sobre el futuro y la competencia de los echufables, el ejecutivo recuerda la vida útil de las baterías actuales. “Entiendo que si alguien circula por ciudad y realiza menos de 15.000 kilómetros al año compre un coche eléctrico. Si no es así, el diésel es la mejor opción”, sentencia.

Difamados por el diéselgate

El escándalo por el diéselgate, que salió a la luz en 2015, aún trae cola. En ese momento se descubrió que Volkswagen había instalado en todos sus vehículos un software que alteraba las emisiones reales en los controles con el objetivo de mostrar resultados más bajos de los reales. Se calcula que la trampa de la compañía alemana afectó a 11 millones de vehículos vendidos entre 2009 y 2015. Las investigaciones en curso han propiciado la reciente detención del presidente de Audi, Rupert Stadler.

Fue a partir de este momento cuando se registró el repunte en la venta de coches de gasolina. GreenChem carga contra la alta contaminación de este tipo de motores, además de remarcar lo que considera una falsa protección del medio ambiente de los enchufables. Canut remarca el concepto de la huella de carbono. La contaminación que emite cualquier producto a lo largo de su vida útil, desde su fabricación hasta su desguace.

Afirma que para la fabricación de vehículos eléctricos se utiliza energía procedente de combustibles fósiles, y más que en cualquier otro modelo. "Es cierto que todos los coches contaminan durante su fabricación, pero las cadenas de producción y las infraestructuras de los fabricantes no están adaptadas para elaborar vehículos eléctricos, por lo que el consumo de energía es mayor”, relata. 

Problemática de la electricidad

El directivo abre otra polémica: “Mucha gente apoya el vehículo eléctrico para salir del lobby del petróleo, pero ¿acaso las eléctricas no lo son?”. Recuerda, asimismo, que “España es un país con un déficit importante en producción de electricidad, una energía que se consigue con la quema de combustibles fósiles”.

Advierte de que si “empieza a darse una demanda excesiva de electricidad, el precio subirá y todos las facturas de los consumidores finales serán más altas”. En cuanto a la automoción, manifiesta que las grandes compañías del sector no están preparadas para abandonar los combustibles fósiles en el corto plazo. “Creo que el futuro serán híbridos mejorados con baterías que alimenten accesorios como el aire acondicionado, el airbag o la dirección asistida; la alimentación funcional será el diésel”, describe.

Tendencias

Un relato que no casa con las tendencias de consumo actuales y que se perfilan en el futuro. Más, cuando las grandes ciudades impulsan medidas para reducir el tráfico especialmente en episodios de alta contaminación y la Unión Europea (UE) endurece sus normativas de emisiones. Pretende reducir los gases de efecto invernadero el 30% en 2020. Para 2050, el recorte debe oscilar entre el 50% y el 80%.

Para Canut, esto no se conseguirá con la “entrada masiva de vehículos eléctricos a la red de carreteras”. Defiende a capa y espada que el diésel aún tiene recorrido