Con la llegada del verano, hay que tener en cuenta que los perros y los gatos son mucho más sensibles al calor que las personas, por lo que están expuestos en mayor medida a insolaciones y ahogamientos. La asociación animalista PETA advierte de que una mascota encerrada en un coche podría llegar a morir en solo diez minutos.
Los animales domésticos ya son auténticos miembros de las familias y cada vez más personas asumen la necesidad de aprender técnicas de reanimación para mantener vivas a sus mascotas en situaciones de emergencia antes de la llegada del veterinario. La Guardia Civil tiene una serie de recomendaciones para socorrer a tu mascota en caso de emergencia que se detallan a continuación.
Comprobar respiración y pulso
Para comprobar el pulso del animal, se debe colocar el dedo índice en la cara interna de su muslo (arteria femoral), por debajo del tobillo, o en el pecho.
Otras señales de alerta son el color gris en encías y labios, o que las pupilas estén dilatadas y no respondan a la luz.
Si la mascota no respira ni tiene pulso
Si el animal no respira ni tiene pulso, se debe iniciar una maniobra de reanimación cardiopulmonar (RCP) inmediatamente. Es importante no realizar esta maniobra en caso de que la mascota tenga pulso, ya que podría resultar contraproducente para su estado de salud. Los pasos a seguir para reanimar a una mascota sin pulso son los siguientes:
1. Tumbar al animal sobre el costado derecho, de modo que el lado izquierdo quede hacia arriba y pueda aplicarse la maniobra directamente sobre el corazón.
2. Colocar las palmas de las manos sobre las costillas (justo detrás de la articulación de la pata delantera).
3. Empezar a realizar compresiones. El masaje debe ser firme, pero no debe ejercerse demasiada fuerza.
4. Comprobar el pulso después de un minuto y, si no lo ha recuperado, volver a hacerlo después de varios minutos.
5. Continuar realizando la RCP hasta que el animal tenga pulso y respire.
6. Concluir la maniobra si el animal no ha sido reanimado después de 20 minutos.
Para reanimar a gatos y perros con una masa corporal inferior a 15 kilos, deben realizarse cinco compresiones por cada soplo de aire, las mismas que en perros de entre 15 y 40 kilos. Para animales de más de 40 kilos, deben realizarse diez compresiones por cada soplo de aire.
Si la mascota tiene pulso pero no respira
Si el animal tiene pulso, pero no respira, es necesario aportar aire a sus vías respiratorias. Si se trata de un gato o un perro pequeño, el asistente debe insuflar aire a través de la boca y la nariz del animal, pero en caso de que el animal sea de tamaño medio o grande, basta con que el dueño insufle aire a través de su nariz.
Si el oxígeno no entra en el cuerpo del animal, es posible que las vías respiratorias estén bloqueadas. En este caso, es necesario realizar la maniobra de Heimlich:
1. Girar al animal boca abajo con su espalda contra tu pecho.
2. Rodearlo con los brazos y entrelazar las manos justo debajo de su caja torácica (justo al final de las costillas y encima del abdomen).
3. Utilizando los dos brazos, dar cinco compresiones fuertes.
4. Comprobar si hay algún objeto que obstruya la respiración y extraerlo de la boca o las vías respiratorias.
4. Seguir realizando respiraciones artificiales hasta que el animal sea capaz de respirar por sí mismo.