El aceite de palma está en mitad de la tormenta. Cada día son más los artículos y estudios que explican que su consumo es nocivo, y que está relacionado con un aumento de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares --está compuesto en un 50% por grasas saturadas--. Otras fuentes sugieren que lo que importa es una dieta equilibrada y sin excesos.
No obstante, el aceite de palma es uno de los alimentos malditos de nuestros días. Pero ello contrasta con la ingesta generalizada de este ingrediente, ya que está presente en cantidad de productos del supermercado, especialmente patatas fritas, bollería, cereales, congelados y pizzas.
Rentable y muy útil
Las alternativas al aceite de palma no son rentables. Éste, además, aporta diferentes texturas (cremosa, crujiente, untuosa) y es ideal para chocolates, margarinas y frituras, incluso alarga la fecha de caducidad en los precocinados.
Algunos supermercados, como el italiano Coop, han eliminado de sus estantes los productos con aceite de palma tras conocer un estudio que relaciona el ingrediente con el cáncer, ya que durante el proceso de refinado se somete a temperaturas de 200 grados y libera sustancias cancerígenas, aunque la industria está cambiando el modo de elaboración.
En todas las cestas de la compra
Dicho esto, muchos de los productos de la cesta de la compra contienen aceite de palma. Tal es el caso de los cereales sabor yogur Special K de Kellogg's, la margarina Tulipán, los Doritos, los caramelos Sugus, las galletas Oreo, los bombones Ferrero Rocher, las galletas La Buena María de Fontaneda, las patatas Ruffles, Nutella y Donuts.
Pero también la leche Junior de crecimiento de Nestlé, la pizza Casa di Mama, la crema gourmet de marisco y los tortellini de queso Knorr, la masa de hojaldre de Buittoni, el bacalao rebozado de Findus, los sobaos de mantequilla natural de Martínez, los canelones de atún Maheso y las flautas de bacon y queso Azteca.