La Casa Real ha asegurado que tiene un “respeto absoluta a la independencia del Poder Judicial” tras conocer la sentencia del Tribunal Supremo sobre el caso Nóos. Una resolución que rebaja en cinco meses la estada en prisión del marido de la Infanta Cristina, Iñaki Urdangarín, por tráfico de influencias, delito contra la Hacienda Pública, fraude a la administración y por defraudar cuotas en el IRPF.
Es la única reacción hasta la fecha de la Corona y la misma que ha mantenido hasta la fecha. Todo ello, cuando han pasado tres años desde que el actual monarca, Felipe VI, decidiera privar a su hermana del ducado de Palma de Mallorca y apartarla de la Familia Real por el escándalo de corrupción en el que está implicado su marido.
Entrada en prisión en el aire
El Palacio de la Zarzuela reivindica la independencia de los magistrados del Supremo para dictar las sentencias que convengan según los delitos que se han sido probados. Aunque la resolución que se ha publicado este martes no implica la entrada en prisión inmediata de Urdangarín.
Al marido de la Infanta, que reside en Suiza, aún le queda una última carta para dilatar su entrada en la cárcel. Puede presentar un último recurso ante el Tribunal Constitucional. En este caso, hasta que los magistrados no confirmaran la pena no debería regresar a España y cumplir con su condena.
Escándalo social
Todo ello, más allá del indulto que se da casi por sentado que la defensa de Urdangarín solicitará. Sus delitos al frente del Instituto Nóos quedarían en ese escenario en manos de la valoración del Gobierno. Aunque se considera poco probable que el Ejecutivo decidiera perdonarlo por el revuelo social que implicaría.
Han pasado ya siete años desde que estallara el escándalo de corrupción alrededor del Instituto Nóos. Unos tejemanejes que también afectan a su antiguo socio, Diego Torres, al expresidente de Baleares Jaume Matas y otros cargos del Gobierno isleño.
En el juicio se demostró que le habían encargado trabajos al margen de la normativa vigente. También quedó probado que Urdangarín usaba el pertenecer a la Familia Real para facilitar que el organismo recibiera fondos.