La menor de 13 años encontrada muerta el lunes por la noche en Vilanova i la Geltrú murió por asfixia. Según ha revelado la autopsia, Laia se ahogó, pero todavía no han confirmado que fuera estrangulada.

Los médicos forenses investigan también si fue víctima de abusos sexuales analizando el cuerpo, mientras los Mossos d'Esquadra interrogan al detenido. De momento, la autopsia descarta que muriera por las heridas de arma blanca presentes en su cuerpo. 

Joan Francesc López Ortiz, 42 años, continúa en dependencias policiales a la espera de pasar a disposición judicial.

Obsesionado con la menor

El asesino de la menor estaba obsesionado con Laia. La pareja del asesino es de China, donde había vivido durante un año. Sus planes de futuro pasaban por abrir un restaurante en el país asiático. Tras regresar a Vilanova, hace alrededor de seis meses, se cruzó en varias ocasiones con la menor en la escalera y sus rasgos asiáticos captaron su atención.

Joan era adicto a la cocaína y solía pasar gran parte de sus día en los bares bebiendo. Ya que desde su regreso a casa no había encontrado trabajo como cocinero.

Antecedentes por violencia de género

Joan tiene una hija de 13 años, la misma edad que Laia, pero sus antecedentes por violencia de género y amenazas han alejado totalmente a su exmujer y su hija de su vida. En el momento del secuestro de la niña, el individuo se encontraba solo en casa. Su padre se había ido a cuidar a su madre, Carmen, al hospital que falleció horas más tarde.

La menor sufría un transtorno de espectro autista, pero nada grave. Laia hacía vida normal y se relacionaba con la gente. De momento, se desconoce si el asesino planeó el asesinato de la menor o simplemente la encontró en la escalera mientras bajaba a encontrarse con su padre y decidió actuar impuslivamente. 

Secuestro en la escalera

La menor salió del colegio a las seis y media de la tarde y sus abuelos la recogieron como era habitual. Pasó la tarde junto a ellos en el domicilio. Horas más tarde el padre llamó para avisar que pasaba a buscar a su hija y cuando estuvo abajo, los abuelos la mandaron escaleras abajo para encontrarse con su padre. Un recorrido de cuatro pisos y menos de un minuto. 

Ante el retraso de la menor, llamada Laia, el padre llamó al telefonillo para preguntar qué ocurría. Los abuelos, extrañados, le dijero que hacía rato que había bajado. Fue cuando empezó una búsqueda exhaustiva que terminó pocas horas después. El padre y los abuelos recorrieron el bloque, los rellanos y algunas calles cercanas porque en ocasiones anteriores había perdido la orientación, pero sabían que no podía estar lejos. 

Además, preguntaron por el barrio y nadie la había visto. Algo extraño porque era una niña conocida y fácil de reconocer,  con rasgos orientales, alegre y activa y con unas gafas de pasta azul. La policía local, la madre de la pequeña, varios tíos y amigos se unieron a la búsqueda. 

Sospechas del vecino

Sobre las nueve y media de la noche, dos tíos y una pareja de Mossos llamaron al timbre de la casa del vecino del primero segunda. Un hombre de 42 años que acaba de mudarse al bloque recientemente, en un piso propiedad de su madre que se encuentra hospitalizada. Apareció en una toalla de ducha y negó saber dónde estaba la menor o haberla visto. La búsqueda continuó por el barrio, pero dos de los tíos decidieron regresar al domicilio del vecino. Al llamar a la puerta, el hombre les dijo que nos les iba abrir.

Empezaron a aporrearla con fuerza. Ellos mismos relatan que la cara del individuo está desencajada. El piso está completamente a oscuras. Ante los gritos de "Laia" no hubo respuesta. Uno de ellos decidió entrar y tras registrar las habitaciones encontró el cuerpo de su sobrina sin vida debajo del colchón. Le faltaban algunas prendas de ropa, presentaba numerosas heridas de arma blanca y su cuerpo estaba frío, por lo que llevaba algunas horas fallecida.  

Antecedentes

El hombre arrestado, de 42 años, soltero y con problemas mentales tiene antecedentes por violencia. Su anterior pareja lo denunció por violencia de género. Además, tiene una hija de la misma edad que la fallecida y es adicto a la cocaína. De momento, se encuentra en los calabozos de la comisaría de Vilanova i la Geltrú.