Un hombre de 51 años recibirá una indemnización de 130.733 euros por una hernia discal mal tratada. Es el importe pactado por el Servei Català de Salut (CatSalut), la aseguradora Zurich y los servicios jurídicos de El Defensor del Paciente ante las lesiones ocasionadas al paciente tras una intervención quirúrgica de columna por rotura de los tornillos colocados a nivel de L4 L5.
Los médicos diagnosticaron una hernia discal L5-S1 izquierda al paciente en 2001, motivo por el que se sometió a una operación microdistectomía. A partir de 2006, se le practicó un electromiograma (una prueba para estudiar el sistema nervioso y los músculos que inerva) que informaba de la reaparición de la hernia en la S1, lo que le obligó a someterse a diversos tratamientos y a una nueva intervención.
El facultativo ocultó la situación real
Después de esta segunda operación, el paciente detectó que el dolor se mantenía e incluso aumentaba con los movimientos. Ello derivó en una nueva intervención quirúrgica, en 2008, en la que los cirujanos colocaron dos tornillos a nivel de la L5 del paciente y barras a nivel de la S1, pero el cuadro se agravó, se convirtió en invalidante y requirió de toma constante de tratamiento farmacológico.
Según El Defensor del Paciente, pese al cuadro de dolor y el resultado de la radiografía realizada en 2010 que informaba de la “rotura no desplazada de uno de los tornillos inferiores de la osteosíntesis transpedicular L5-S1”, el facultativo manifestó que todo estaba bien. En 2012, una radiografía mostró la rotura de ambos tornillos inferiores, cuyo resultado no fue comunicado al paciente.
Incapacidad total y trastorno depresivo
El facultativo “no solo se equivocó en la selección de los tornillos, al colocarlos de poco diámetro, sino que su colocación también fue defectuosa al ubicarlos fuera del espacio L4 L5”, cosa que provocó su rotura progresiva. Fue en otro hospital donde el paciente, que seguía con dolores, conoció su situación real. Allí fue de nuevo operado para la extracción del material y colocación de nuevos tornillos.
El cuadro de dolor constante ha provocado una incapacidad total y un trastorno depresivo al paciente. El acuerdo alcanzado es en concepto de “indemnización total y definitiva” por los daños.