La historia de la sargento Roser Ruiz es la historia de una mujer hecha a sí misma. Empezó su carrera como agente de la policía local hace 26 años en la comisaría del Prat de Llobregat hasta que, en 2015, su trayectoria se paralizó de forma abrupta con la llegada del nuevo jefe de la policía en la localidad, Ramón Dosaigues.
Ruiz lleva un año y medio de baja por un presunto caso de acoso laboral que ha demandado ante el Síndic de Greuges al ver que el protocolo del ayuntamiento contra los casos de acoso laboral “no ha funcionado” en su caso. “Hay un silencio hermético. El Ayuntamiento, que presume de ser feminista, no está respondiendo”, critica.
El Síndic insta a revisar el protocolo
Después de solicitar la activación del protocolo contra acoso laboral, la sargento derivó su queja al Síndic de Greuges que, como se observa en el documento al que ha tenido acceso Crónica Global, tuvo que solicitar hasta en dos ocasiones que el ayuntamiento atendiera a sus requerimientos. En su resolución, el Síndic insta al Ayuntamiento del Prat de Llobregat a reactivar la Comisión que abordaba el caso y a revisar el protocolo de gestión de conflictos interpersonales, al considerar que el caso guarda relación con “un conflicto interpersonal” más que una “situación de acoso psicológico”.
Por su parte, el Ayuntamiento --formado por la coalición de PSC e ICV-- niega la existencia de acoso laboral, pero sí admite que es “un conflicto de alta intensidad, jerárquico, continuado en el tiempo y de origen organizativo”. “El Ayuntamiento ha dado todos los pasos necesarios para seguir las recomendaciones del Síndic respeto a las modificaciones técnicas a introducir en el protocolo y ha vuelto a activar la comisión del caso”, explican.
Roser Ruiz recibiendo su diploma tras ser becada en Canadá
De momento, Dosaigues, no sido apartado de su puesto y el ejecutivo municipal ha sacado recientemente a concurso la plaza de intendente que muy probablemente ocupará Dosaigues. ERC, desde la oposición, ha pedido la dimisión del Jefe de la Policía Local, y cuestionan que desde el equipo municipal saquen la plaza de intendente a la que aspira el actual Inspector cuando el caso no está resuelto.
La única mujer sargento del Prat
La carrera de Ruiz dentro del cuerpo había ido en progresión desde que consiguiera la plaza de interina en 1992. Un año después de su incorporación, finalizó el curso de agente para la Policía Local con una calificación de excelente, quedando entre los 10 primeros de su promoción de mossos y policías locales. Esta nota le valió una beca para ir a la Escuela de la Policía Muntada de Canadá.
La maternidad tampoco supuso un freno a su carrera. Madre de dos hijas de 14 y 17 años respectivamente, Ruiz se convirtió en la única mujer con cargo de sargento de esta comisaría del Prat que cuenta con unos 100 agentes locales. También obtuvo la licenciatura de Criminología y, como "caporal", lideró varios proyectos como el protocolo para adolescentes en riesgo; control del absentismo escolar o la elaboración del primer plan local de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. Ahora tiene 49 años y lleva uno y medio de baja laboral.
“Se metía con mi condición de madre”
Todo esto finalizó con la llegada del nuevo Inspector Jefe. Ruiz asegura que fue “poco a poco” como se fue dando cuenta de la exclusión a la que, a su juicio, estaba siendo sometida. “Al principio fue muy sutil, no me pasaba información ni me mandaba a los cursos de formación. No era muy consciente, pero luego veía que el resto de mandos sí que disponían de información y que hacían los cursos”. “Después directamente me decía que debido a mi condición de madre no podía ascender”.
De acuerdo con su versión, Dosaigues “iba poniendo unos niveles de exigencia que superaban con creces las relaciones laborales”: “para él no son las 8 horas de jornada laboral diaria, sino mucho más. Me obligó a trabajar todos los fines de semana que había actividades relacionadas a mi área, y no solo las de mi cuadrante. Se fue acercando a gente que tenía esa disponibilidad, yo lógicamente por mi entorno familiar no podía disponer de este tiempo”.
Roser Ruiz, junto a su hija pequeña, en la manifestación feminista del 8 de marzo
El marido de Ruiz también es sargento en otra comisaría local. Esto implica que también tiene turnos de fin de semana y que se deben compaginar para conciliar su vida familiar con la laboral. Una situación, arguye, que no fue aceptada por Dosaigues.
Este medio no ha podido contar con la versión de los hechos por parte del Jefe de Policía porque, siguiendo el protocolo que rige en estos casos, se nos ha derivado al Ayuntamiento.
“Me ridiculizó delante de la plantilla”
Después de los primeros enfrentamientos, Dosaiguas decidió cambiar las funciones de Ruiz como Jefa del área de tránsito de deportes. El destino elegido fue la Terminal 2 del Aeropuerto del Prat. Un destino que, según Ruiz, no se le comunicó con anterioridad sino en el “mismo día” en que se publica la Orden.
Ruiz aporta a este medio el organigrama que diseñó el Instrutor Dosaiguas cuando se incorporó como Jefe en El Prat para denunciar cómo no estaba previsto enviar a ningún agente en el aeródromo. “En ese organigrama no estaba previsto que hubieran sargentos en el Aeropuerto, ya que la demanda de faena es tan básica que no hace necesaria esa presencia en ese destino”.
Según Ruiz, Dosaiguas la “ridiculizaba delante de la plantilla” otorgándole funciones por debajo de su rango de sargento. En su nuevo destino, dice Ruiz, “vulneró el orden jerárquico” que estipula la ley al ponerla “bajo las órdenes de un cabo”. En otra ocasión, durante la cabalgata de Reyes del municipio, le ordenó “vigilar una valla” durante cinco horas que duraba la cabalgata mientras el resto de mandos desempeñaban funciones acordes a su categoría. “El objetivo suyo era dejarme en evidencia delante de la plantilla. Mandó un mensaje a la plantilla diciendo que quién no se implicara les mandaría al aeropuerto y que si lo hacía con un sargento se atrevería con cualquiera”, añade. También le prohibió conducir cualquier vehículo policial a excepción de la moto. Algo "inaudito", relata, ya que el resto de mandos no tenían esa prohibición. El mimso Síndic critica que esta medida vulneraba la prevención de riesgos laborales.
Cuatro expedientes disciplinarios
Tras las humillaciones que relata que sufrió ante sus compañeros, Ruiz decide ir el 4 de enero de 2017 a la oficina de atención a la víctima para informarse sobre cómo denunciar su situación y cómo activar el protocolo de acoso laboral que tiene el Ayuntamiento para sus trabajadores. “El Inspector se entera y ese mismo día por la tarde incoa mis 4 expedientes disciplinarios”.
A la sargento --ahora en baja laboral- la expedientan por haberse quejado de su nuevo destino en el aeropuerto durante una reunión el 14 de diciembre de 2016 y por su negativa a ir en moto. Ella se defiende: “si los hechos de la reunión del 14 de diciembre hubieran sido tan graves como él explica en sus informes contra mi, lo lógico es que me hubiera expedientado el mismo día o al día siguiente, en cambio lo hizo cuando se enteró de mi solicitud de ayuda del 4 de enero”.
Ruiz también aporta la conversación por Whatsapp que tuvo con una de las trabajadoras de la oficina de atención a la víctima --el mismo día 4 de enero-- en la que esta trabajadora le informaba de que el Jefe de Policía le había obligado a “informarle por escrito” de la demanda efectuada por Ruiz. Algo que podría acarrear una “intromisión a la intimidad” de Ruiz.
De momento, la sargento ha impugnado ante el tribunal contencioso-administrativo los cuatro expedientes disciplinarios que le abrieron. Paralelamente a este caso, explica que está preparando la demanda ante los juzgados contra el Ayuntamiento y Dosaigues por presunto acoso laboral.