La teoría divide al mundo científico por el reducido porcentaje sobre el total, pero algunos de los afectados por migraña, depresión o síncopes aseguran que su salud ha mejorado después de dejar de ingerir alimentos con gluten.
Es el caso de María, afectada por un agresivo trastorno obsesivo-compulsivo. Tras 15 años de especialista en especialista, y por recomendación de una amiga, aterrizó en la consulta de un gastroenterólogo. Le quitó el gluten y está mejor que nunca. Sufría lo que se conoce como neurogluten, dolencias neurológicas relacionadas con la intolerancia permanente a estas proteínas.
Más casos
Aunque casos como el suyo son reducidos entre los celíacos o intolerantes al gluten, nadie discute que hay dos trastornos neurológicos relacionados con la proteína: la ataxia (afecta al cerebelo y provoca alteraciones del movimiento en extremidades y rostro) y la neuropatía periférica (afecta a los nervios de la médula espinal y causa problemas musculares y sensoriales).
Javier, por su parte, tenía narcolepsia y sufría ataques (desmayos, convulsiones) casi a diario, según XLSemanal. Su estado mejoró con la dieta, y cita casos de pacientes de epilepsia y de esclerosis múltiple que también avanzaron tras quitar el gluten del menú. Pero hay más: la fatiga, la depresión y la migraña menguan sin la proteína, según evidencian los relatos de otros pacientes y neurólogos. Hay mucho por descubrir todavía en este campo.