El deporte de moda entre los políticos no nacionalistas es ir a TV3 o Catalunya Ràdio a que les den un repaso, una mano de leches y algo de chapa mientras el público del humor amarillo ríe las mofas de los colaboradores antes, durante y después de la "entrevista". Se trata de un rasgo de estilo y no hay semana que en Preguntes Freqüents, el programa producido por El Terrat de Buenafuente, no se le practique el tratamiento a algún depravado "unionista". Hay para todos, de García Albiol a Jordi Cañas, de Inés Arrimadas al bravo Millo, que hay que ver cómo deja el pabellón del Estado ese hombre cada vez que atiende a Mònica Terribas.
Faltaba el PSC, cuyos representantes son sometidos a otro tipo de procedimiento consistente en el reproche continuado por su participación en el denominado "bloque del 155" y en las manifestaciones de Sociedad Civil Catalana (SCC), a veces tan numerosas como las de signo contrario pero en las que, a tenor de las consideraciones de la mayoría del personal que frecuenta los medios públicos, no van personas sino peligrosos "feixistes" de la "extrema dreta" encabezados por el franchute botifler, ese pedazo de Manuel Valls, especie de fracasado en la vida que sólo ha sido primer ministro del país vecino, según coinciden todos los partidarios del gran filósofo Graupera.
Los dirigentes socialistas catalanes se sentían desplazados porque les insultaban menos que sus colegas del PP y Cs, pero ya está arreglado. Se vio el sábado con José Montilla en el antedicho Preguntes. Maiol Roger, de la prolífica pedrera de humoristas del proceso, se encargó de destrozar al expresidente del tripartito (que eso sí que era un gobierno serio, visto lo visto) con los tópicos habituales más el añadido de un irónico agradecimiento porque a Montilla se le ocurrió recordar que si TV3 no está intervenida es porque se opuso el PSOE. La crítica coincide en que el expresidente se defendió con soltura. Salió por su propio pie, que ya es mucho tratándose de TV3 y de un president que fue convertido en un chist al que despreciaba media Cataluña por charnego gracias precisamente a TV3.
Todo esto a los políticos les da igual. No lo entienden. Incluso se mosquean si no salen en el Polònia. Prefieren ser humillados y se prestan a las más obvias encerronas con el argumento de que por defender al partido hay que aguantar lo que sea y que lo mismo pescan algún voto. Sí, en TV3 van a pescar votos los socialistas. Brutal estrategia, que se burlen de ellos que así igual les votan, aunque sea por pena.
Pero lo de Montilla no fue nada en comparación con lo que vino después, una entrevista de Laura Rosel a un individuo llamado Josean Fernández, "exactivista" de la "organización" ETA que explicó que la cosa nació como foro cultural y no sólo para despachar "enemigos" del pueblo vasco. Un respeto, pues. El hombre ni se arrepiente ni pide perdón. Pasó 22 años en la cárcel por el asesinato de un tendero, Rafael Vega. "Había un porcentaje considerable de lo que se llamaba en nuestra jerga los 'chivatos' y aquella persona parece ser que pertenecía a ese ámbito", dijo de su víctima.
Rosel estuvo cercana con Josean y ni siquiera se inmutó ante el considerando del amigo sobre los asesinatos de Hipercor, Miguel Ángel Blanco y Ernest Lluch. ¿Fueron un error?, preguntó cándida la presentadora. Ahí va la respuesta: "Me resulta un poco difícil entrar en esas categorías, ¿no? Es un hecho que ocurrió y ya está. No le va a aliviar a nadie el que yo diga que es un error o que ha sido un acierto". Lástima que no hubiera un Maiol Roger para practicar el humor en contra de ETA.
Que vayan con cuidado los que hablan de tocar TV3, la pantalla amiga de Carles Sastre, Arnaldo Otegi y ahora este Fernández, apodado Maguila.