La juez de Instrucción número 8 de Vilanova i la Geltrú (Barcelona) ha interrogado por espacio de dos horas a Manel, vecino de la guardia urbana Rosa Peral quien según consta en el teléfono de ésta, en fechas próximas al 1 de mayo del 2017, le envió un mensaje recriminándole que el sonido de una motosierra le había impedido dormir.
Este testigo ha restado importancia a ese whatsapp ("apenas sí lo recuerdo") y ha reconocido que el ruido que le importunó podría proceder de cualquiera de las viviendas unifamiliares que hay a su alrededor. Manel trabaja en turno de noche y se suele acostar entre la siete y las ocho de la mañana. Por lo tanto, aquel ruido fue, efectivamente, todo un incordio para él.
Aventura sentimental
A pesar de la insistencia del fiscal, el testigo ha explicado que el ruido de la supuesta motosierra lo escuchó 24 horas después de la fecha en la que apareció el cadáver calcinado de la pareja de Rosa, el también guardia urbano Pedro Rodríguez, en el Pantano de Foix.
Este hombre ha reconocido que tuvo una aventura sentimental con Rosa Peral meses antes de que ésta conociera a Pedro Rodríguez. "Hasta donde yo sé, Rosa y Pedro eran unos buenos vecinos y se querían mucho", ha relatado.