"[Los abusos] ocurrieron muchísimas veces, más de 200, dos o tres veces al día. Cuando fui más mayor vi que eso no era lógico". Esta es una de las declaraciones ante el juez de las víctimas del entrenador de fútbol que presuntamente se excedía con los jugadores del Can Trias, de Viladecavalls (Barcelona), a quienes entrenó cuando pasaron los hechos denunciados.
Hasta seis presuntas víctimas han declarado en la Sección 21 de la Audiencia de Barcelona contra Eduard L. E. por reiterados abusos sexuales cuando eran menores, y por amenazas del entrenador de fútbol. Dos de ellas lo han hecho a puerta cerrada al ser todavía menores. En concreto, los hechos habrían ocurrido en varias temporadas desde 2007.
Trato de favor
Los primeros tres testigos han explicado que los abusos se realizaron en la temporada 2007-08, cuando Eduard L. E., de nacionalidad española, era entrenador del club de fútbol Can Trias y ellos tenían entre 13 y 14 años, momento en que empezó a darles un trato de favor, diciendo que eran los mejores jugadores, los "galácticos".
Según han coincidido los tres, tras ganarse su confianza les empezó a invitar a comer y cenar y posteriormente a ir a su casa, y fue allí donde cometió los abusos contra ellos: uno ha llegado a cifrar en más de 200 las veces que hubo abusos, mientras que los otros dos acudían menos al domicilio y han comentado que en su caso ocurrieron una veintena de veces y una decena, respectivamente.
Siguieron en otro club
"Ocurrieron muchísimas veces, más de 200, dos o tres veces al día", ha relatado uno de los afectados, que ha explicado que en su caso los abusos siguieron al decidir la siguiente temporada ir al nuevo club de este entrenador, La Maurina, en Terrassa (Barcelona). Según este testigo, el acusado --que está en prisión preventiva por estos hechos-- le prometió que si iba a su club le haría capitán "y lo iba a tener todo", y le hizo varios regalos como una botas de fútbol.
Dos víctimas han explicado cómo han tenido que seguir tratamiento psicológico posterior y uno de ellos ha relatado que sentía miedo a represalias. Este afectado ha detallado que el entrenador una vez llegó a agarrarle del cuello como si le quisiera "estrangular" al negarse a hacerle una felación, un episodio que él ha situado en la casa del presunto abusador mientras que otro testigo ha dicho que fue en el vestuario del campo de fútbol.
Un cuarto denunciante ha explicado que los abusos fueron al trabajar para él en una discoteca y le invitó a su casa tras una noche de fiesta, mintiéndole sobre que habría más gente y ofrecerle alcohol y marihuana.
"Triste y arrinconado"
Una menor que ha comparecido a puerta cerrada sufrió abusos al trabajar para él en una sala de fiestas, cuando ella tenía 14 años, según la calificación de la Fiscalía, y otro menor sufrió abusos cuando Eduard L. E. era su entrenador. El padre de este último menor ha explicado en el juicio que vieron un cambio repentino en su hijo, que pasó de ser un niño alegre a estar "triste y arrinconado" y a no querer jugar al fútbol, y que después de lo que le ocurrió nunca ha vuelto a ser el mismo.
La declaración del acusado está prevista para el viernes, y según la abogada de dos afectados, Susana Vilaseca, es un "mal trago" tener que revivir lo ocurrido y ha considerado que hubo amenaza e intimidación. Se enfrenta a una petición de la Fiscalía de 84 años y medio de prisión por tres delitos continuados de agresión sexual, un delito continuado de abusos sexuales, dos delitos de abuso sexual a menores de 16 años --uno continuado--, un delito de abuso sexual y un delito de captación de menor para pornografía, la misma pena que solicita la acusación particular.