El Ayuntamiento de Barcelona siempre ha sido pionero en asuntos de índole animalista. Recordemos cómo se convirtió en la primera ciudad de España en vetar las polémicas corridas de toros, en prohibir el uso de animales salvajes en espectáculos de circo o en impedir la exhibición de mascotas en los escaparates de las tiendas. En esta cruzada particular por salvaguardar la integridad de la fauna, la ciudad condal ha vuelto a hacer historia al negar la presencia de cetáceos en cautividad dentro del territorio.
No habrá más delfines en el zoo de Barcelona
Esta importante iniciativa comenzó hace un par de años, cuando la Fundación FAAD emprendió la campaña #AdéuDelfinari con el objetivo de trasladar a los delfines a su hábitat natural y evitar que fueran explotados en zoológicos y delfinarios. Este viernes han ganado por fin su primera batalla. El Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado en su último pleno una declaración en la que se manifiesta contrario al mantenimiento de cetáceos en cautividad, rechazando además la creación de nuevas instalaciones destinadas a su confinación.
Niño jugando con un delfín / CREATIVE COMMONS
"Barcelona ha demostrado su voluntad de defender los animales, es hora de tomar medidas responsables y éticas con los derechos de los animales que sirvan de ejemplo a otras ciudades del mundo", aseguran a través de la declaración institucional. Esta medida se notará especialmente en los zoos y acuarios de la ciudad, donde delfines, orcas, belugas y demás cetáceos conviven cada día en un espacio artificial que nada tiene que ver con las dimensiones de su entorno natural. Y, sobre todo, tras la negativa del Consistorio de construir un nuevo delfinario para mejorar las condiciones de habitabilidad de dichas criaturas.
Una cruzada con años a sus espaldas
El acuerdo no solo afectará a la exhibición y el establecimiento de nuevas instalaciones, sino también a la cría de cetáceos. Una normativa que será de obligado cumplimiento a partir del próximo 31 de diciembre de 2018, con vistas a su implementación definitiva a lo largo de 2019.
La pena para aquellos que no cumplan el actual reglamento será la expulsión inmediata de la Asociación Europea de Mamíferos Acuáticos. Algo impensable para cualquier zoológico, ya que de esta relación depende también su vínculo con otros estamentos científicos similares. A día de hoy, el delfinario de Barcelona acoge a cuatro ejemplares: Anak, Blau, Nuik y Tumay, cuyo destino ideal sería encontrar un nuevo hogar en un santuario habilitado para que disfruten de la libertad el resto de sus días.