El ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha defendido que el Consejo General del Poder Judicial debería haber ejercido su “potestad disciplinaria” contra Ricardo González, el juez que emitió un voto particular a favor de la absolución de La Manada.
Si bien Catalá no ha hablado de sanciones, en una entrevista en La Cope ha insinuado que el magistrado no está en su sano juicio: “cuando todos saben que este juez tiene algún problema singular, me sorprende que el Consejo no actúe”.
El ministro no ha especificado cuál es el problema aunque ha insistido en que “todos los saben” y que tiene “algunos expedientes abiertos”. “Si en el Tribunal Superior de Justicia de Navarra conocían esta situación, debería haberse actuado preventivamente”, ha sentenciado.
No cree a la víctima
El pasado viernes se ha conocido la sentencia a los cinco acusados por la Fiscalía de abuso sexual, violación e intimidación a una joven madrileña de 18 años durante los Sanfermines de 2016, en Pamplona. Tres meses después de la finalización del juicio, el tribunal de Navarra ha decidido darles nueve años de prisión a los integrantes de La Manada, condenándolos por abuso sexual, pero no por violación, lo que reducía ampliamente sus condenas.
De ese tribunal, uno de los magistrados ha emitido un voto particular ya que consideró que se debía absolver a los cinco hombres ante el episodio. Se trata de Ricardo Javier González, experto en derecho familiar, quien fue el primero en no creer a la víctima tras su declaración. Para González, tras ver los vídeos que grabaron los acusados y escuchar la declaración de la joven agredida, no hubo abuso ni mucho menos violación, sino que "hubo jolgorio", por lo que considera inocente a La Manada. La sentencia dictada por los magistrados de la Audiencia Provincial de Navarra ha sido recurrida por las partes, por lo que deberá ser revisada ahora por el Tribunal Supremo.