El Ayuntamiento de Barcelona, liderado por la alcaldesa Ada Colau, ha priorizado la ejecución de una serie de medidas para restituir la dignidad de las víctimas de la dictadura franquista. Esta política de memoria histórica, sin embargo, no siempre ha convencido a los expertos, que han criticado el exceso de revisionismo histórico en algunas de las decisiones.
La última personalidad a la que se le ha retirado la medalla de oro que otorga el consistorio es el primer alcalde franquista de la capital catalana, Miquel Mateu Pla. Algunos historiadores consideran que con la figura de Mateu sucede algo parecido que con la de Salvador Dalí, Josep Pla o Juan Antonio Samaranch, que contribuyeron respectivamente al desarrollo artístico, literario y deportivo del país, pese a su pasado o vínculos con el franquismo.
Sus herederos
Carmen Mateu, casada con Arturo Suqué, y fallecida en enero, fue la hija y heredera de Mateu. El clan Suqué Mateu, atesora uno de los patrimonios más descollantes de Cataluña. Se ha forjado en los últimos lustros gracias a las concesiones administrativas de los casinos existentes en Cataluña. Tres de los cuatro abiertos en esta comunidad están bajo su control.
Además de alcalde de Barcelona en la primera etapa de la dictadura (1939-1945), fue embajador en París (1945-1947), presidente de la Caja de Pensiones, la Caixa (1940-1972), presidente de la patronal catalana Fomento del Trabajo Nacional (1952-1972), y consejero nacional de Falange Española y Procurador en Cortes (1943-1972).
Un debate de actualidad
El debate sobre la retirada de nombres y estatuas de las plazas y las calles no es baladí. La Ley de la memórica histórica que aprobó el Gobierno socialista de José Luís Rodríguez Zapatero tuvo tantos defensores como detractores. El escritor Javier Cercas, que en un principio se posicionó a favor, acabó mostrando su crítica al considerar que se había convertido en una "industria de la memoria". Otros, como el escritor Andrés Trapiello, forma parte del Comisionado Histórico del Ayuntamiento de Madrid, defienden que se cambien aquellos nombres de personajes conocidos principalmente por su labor criminal.
Este debate tien múltiples ramificaciones. Los autodenominados gobiernos del cambio, como el de Colau en Barcelona o el de la alcaldesa Manuela Carmena en Madrid, son los principales promotores de esta modificación de nomenclatura de muchos callejeros.
Los casos de Colau
Entre los consejeros de ambos consistorioes hay quienes piden limitar la revocación de galardones a los miembros de la dictadura franquista o quienes querían ampliarlo a dirigentes del frente republicano como el exdirigente del Partido Comunista Santiago Carrillo por su implicación en el episodio de ejecuciones masivas durante la Guerra Civil conocida como matanza de Paracuellos. Una restitución de la dignidad que satisfaga a las víctimas de ambos lados.
La política actual, como se observa en Barcelona, también abarca a otras personalidades con un pasado más lejano al de la Guerra Civil, como el Marqués de Comillas, acusado de "esclavista" o el almirante Cervera, héroe español en Cuba y Filipinas.