No eres nada… si no tienes un máster. El eslogan, instalado desde hace una década, tanto entre los estudiantes como entre los departamentos universitarios, ha propiciado una auténtica burbuja, puesta de actualidad con el caso Cifuentes. Según el Ministerio de Educación, en ese periodo de tiempo los alumnos han pasado de 13.092 a 152.087, el número de títulos impartidos de 829 a 3.801 y el negocio ya sobrepasa los 3.000 millones de euros.
La polémica también ha sacado a la luz, según los expertos, que abundan los de bajo perfil o pinta y colorea, con poca calidad formativa. Su objetivo exclusivo es a veces “engordar o adornar el currículo”. También es dudosa su aportación para lograr o mantener un empleo. Un tercio de los consultados en un reciente barómetro del Observatorio de Empleabilidad y Empleo Universitario (OEEU) no le encontraron esta utilidad y un 27% asegura que, dos años después de cursarlo, gana menos de 1.000 euros al mes.
El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en la calle de Alcalá de Madrid
Alta nota media
La Conferencia de Rectores de la Universidades Españolas (CRUE) reconoce que hay un “problema de eficiencia” en las titulaciones por la “amplitud” y manga ancha con que los campus las han implantado. También admite que, a diferencia de los grados, se han flexibilizado los criterios de acceso a estos estudios. Sobre todo, por parte de las universidades privadas que han aumentado sus alumnos en un 228% en los últimos nueve años. Las especialidades de ciencias sociales y jurídicas son las que más demanda han experimentado.
El departamento que dirige Iñigo Méndez de Vigo certifica que apenas hay un 24% de abandonos en estos estudios y que los alumnos obtienen una nota media de 8,17, por encima de la mostrada por la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Precios a elegir
El Ministerio de Educación se lavó las manos y permite a las comunidades autónomas que fijen los precios. La media ronda los 2.000 euros al año. Pero muchos estudiantes se ven obligados a pedir un crédito, con las penalidades que eso implica luego para devolverlo, y contribuir a otra “línea de negocio emergente” de las entidades bancarias.
Según denuncian las asociaciones de estudiantes, al menos diez universidades públicas de cinco comunidades (Valencia, Madrid, Asturias, País Vasco y Murcia) ofertan másteres con precios “singularizados, especiales, diferenciados o excepcionales” que sobrepasan los 10.000 euros. Los ejecutivos autonómicos hacen la vista gorda.
Varios estudiantes de un máster en clase
Muchas salidas
El grueso de estos alumnos son cuadros de empresas y personas que superan los 26 años y que consideran que un máster de este tipo de “la llave al mercado laboral” o del progreso dentro de la compañía. También son el paso obligado hacia la docencia futura, como han apuntado algunos en el caso de Cifuentes. La leyenda universitaria pone bajo sospecha algunas titulaciones de políticos. En cualquier caso, este alumnado maduro ha experimentado un aumento del 36% en los últimos tres años, según datos oficiales.
Lógicamente, no todos los másteres son deficientes ni tan caros, ni se regala el diploma. Además, son obligatorios o habilitantes para ejercer 14 profesiones, como la enseñanza, la medicina o ingenierías. Universidades y centros los ofertan hasta por 70.000 euros. Como IESE y otras escuelas de negocios que llegan a cobrar 70.000. “Fue la inversión más importante de mi vida”, asegura Luis Berlanga, directivo en una multinacional farmacéutica con un salario que sobrepasa los 130.000 euros.