La educación en el centro de todo. O debería estar en el centro. El Círculo de Economía lo tiene claro. Y quiere premiar a los colegios que destaquen por la integración y la excelencia educativa, una iniciativa que este año cumple su XI edición. Es la Fundación Círculo de Economía, que preside Antón Costas, y que quiere ofrecer un mensaje, el de que la educación puede y debe servir para una mejor cohesión de la sociedad.
Con un equipo de análisis y de coordinación en el que ha participado Carles Mata, profesor y catedrático de Lengua y Literatura catalanas, director de diversos institutos y experto en liderazgo directivo, junto a Marta Angerri, secretaria general del Círculo de Economía, el lobby empresarial recibió 75 proyectos educativos, y, tras diversas selecciones, han quedado cinco centros educativos como finalistas. Uno de ellos será el ganador cuando se entregue el 8 de mayo en el Auditorio de CaixaForum.
¿Pero por qué las elige el Círculo de Economía? Una de las premisas del lobby empresarial es la necesidad de que la sociedad, en su conjunto, ofrezca igualdad de oportunidades. En un mundo competitivo, el Círculo, que se caracteriza por una mezcla de dirigentes empresariales, expertos, intelectuales y referentes del mundo académico, apuesta por la cohesión social, y por una educación exigente.
Entrada a la Escola Frederic Mistral Tècnic Eulàlia / CG
En la selección del Círculo hay diferentes casos, todos ellos diferentes, en función de los objetivos de cada centro. Uno de los cinco finalistas es la Escola Mare de Déu de Montserrat, en Terrassa. Se trata de un centro de primaria, en un barrio periférico de la ciudad, con enormes problemas socio-económicos. Es un centro público, con un alto porcentaje de inmigrantes, principalmente del Magreb, que busca la “transformación social”, con buenos resultados académicos y con estrategias educativas en las que se han implicado las madres de los alumnos, con la premisa de “violencia cero”. El objetivo es resolver los problemas generando un buen clima, con el compromiso de profesores, profesionales y familias.
Otro de los casos es el Col·legi Mare de Déu dels Angels, una escuela concertada en el barrio de La Sagrera, en Barcelona. Religioso, el centro es asequible para un alto porcentaje de familias del barrio y forma parte de las escuelas Laics Natzaret, que tienen como gran referencia el centro Montserrat. Se basan en la estimulación precoz y en una atención muy personalizada del alumno, siempre pendientes de la idea de bienestar personal, de sentirse bien con uno mismo.
Escuela Mare de Déu de Montserrat en Terrassa / CG
De esa escuela concertada, el Círculo de Economía pasa a otro modelo, el del centro de secundaria Pau Claris, en Ciutat Vella. Se trata de un gran instituto, histórico, que apenas tenía alumnos en las líneas de los primeros cursos de ESO. Considerado como un centro de alta complejidad, por la presencia de inmigrantes, el proyecto educativo atrajo a algunas familias del barrio que, voluntariamente y como opción personal llevaron a sus hijos al instituto. El resultado es una combinación de equidad y cohesión social, con altos resultados educativos.
Entrada al Instituto Pau Claris en Barcelona / CG
Los cinco finalistas los completan el Institut Escola del Treball y la Escola Frederic Mistral-Tècnic Eulàlia. En el primer caso, se ha escogido un proyecto de integración para alumnos sordos y con discapacidad psicomotriz, teniendo en cuenta que se trata de estudios de Formación Profesional, con formación dual. En los dos últimos años, se ha puesto en marcha un cambio que ha pasado por la adaptación curricular, que presenta excelentes resultados académicos.
En el segundo caso, se trata de una escuela clásica en Barcelona, concertada, con una metodología que ha ido cambiando en el tiempo, una dirección gerencial separada de una dirección académica que huye de los dogmatismos.
El Círculo de Economía apuesta por todas ellas, y dará sus premios el 8 de mayo en el Auditorio de CaixaForum. Una apuesta por la educación, en tiempos convulsos.