Es un cuento sin perdices, pero con muchos peces, los que representan al pequeño Gabriel. La mamá del niño, lejos de escupir rabia y odio porque se lo han arrebatado, se sube a la ola de cariño, paz y amor que se mueve a su alrededor tras el fatal desenlace. Y quiere asumir que el menor está bien allá donde se encuentre. Lejos de la “bruja mala”.

Patricia Ramírez ha compartido una de las historias que ha recibido en las últimas horas y que la ayudan a llevar el duelo. Se trata de un cuento anónimo que dice que nadie ha perdido, sino que Gabriel ha ganado. Y ha ganado porque ha “desaparecido la bruja mala del cuento” y por “la cantidad de gente que ha juntado, de familias y de cosas buenas que ha sacado de todos y que va a seguir sacando”.

Una petición

La mamá ha afirmado que su hijo “estará ya jugando con sus peces”, el símbolo que acompañará siempre a Gabriel y motivo por el que se le conoce también como pescaíto. “Que la bruja ya está donde tiene que estar, que no le demos más vueltas. Y arriba la buena gente y los buenos corazones”, ha sentenciado en el último adiós.

Para terminar, ha reclamado intimidad a partir de ahora y ha hecho una última petición: que todo el mundo ponga Girasoles, de Rozalén, en honor a Gabriel: “Fue de los últimos temas que bailamos juntos”.

La artista ha reaccionado sobrecogida. “Ojalá puedas enviarnos un poquito de amor a este mundo macabro, a pesar de lo que han hecho contigo, a pesar de todo el odio que se ha levantado y escupido en redes sociales [...] Será imposible cantar esta canción y no pensarte un poquito”, ha escrito en Instagram.

Por su parte, Ángel Cruz, papá del niño y hasta ahora pareja de la sospechosa del crimen, Ana Julia Quezada, ha agradecido a los medios el apoyo de las últimas semanas: “Nos habéis llevado en volandas a buscar a nuestro hijo. Nos habéis llevado en brazos. Nos habéis tenido fuertes buscando a Gabriel. Muchísimas gracias por vuestro apoyo y por el cariño”.

Personalidades

Poco después de ellos han abandonado la Catedral de Almería los distintos cargos políticos que han asistido a los ritos religiosos, entre ellos el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido.

Zoido, que ha estado en contacto permanente con la familia, portaba en su mano la bufanda azul que pertenecía al niño y que Patricia ha llevado puesta durante toda la desaparición del menor hasta hoy, cuando se la ha entregado como regalo al ministro por su apoyo.