Patricia Ramírez, madre del niño Gabriel Cruz cuyo cadáver fue hallado tras 12 días desaparecido en el maletero de un coche que conducía la novia de su padre, Ana Julia Quezada, ha reconocido este lunes que sospechaba de ella: "Tenía la esperanza de poder ablandarla y que se viniera abajo".
"Tenía la esperanza de que en algún momento le soltara y por eso, en cada discurso salíamos apelando a su conciencia e intentando que todo fuera de otra manera", ha señalado en declaraciones a Cope, donde ha afirmado que temía que estas fueran las circunstancias de la desaparición de Gabriel.
"No se podía hacer nada"
Patricia Ramírez ha apuntado no obstante que era algo que la familia "no tenía confirmado" y "no se podía hacer ni decir nada porque era parte de la investigación y podía perjudicar al chiquillo". "No podíamos hacer nada que pudiera hacer que mi hijo no volviera a casa", ha añadido.
Sobre el origen de sus sospechas, ha declinado hacer comentarios y ha apuntado que quizá de este asunto se podrá hablar más adelante, pero "no ahora mismo", cuando la acusada permanece bajo custodia policial en espera de ser puesta a disposición judicial mientras siguen las investigaciones.
Apoyo al padre
La madre de Gabriel se ha referido también al padre del niño y ha pedido "respeto" porque "está destrozado". "Es una persona maravillosa, que nadie dude de esto. Era imposible imaginarse esto que ha pasado. Voy a estar con él, tenemos que superar esto los dos juntos, pero está destrozado porque es muy difícil hacer la digestión no sólo de la pérdida de un hijo, sino que encima ha tenido que pasar por una persona que es cercana a él", ha explicado.
"Yo he tenido el mejor padre para mi hijo y es una persona buena, además. No se merecía esto tampoco", ha añadido.