Es la chapuza de Cementiris de Barcelona (Cbsa) en el camposanto de Montjuïc, donde se hundió un bloque de 144 nichos en 2017. La empresa municipal abrirá "miles de sepulturas buscando grietas", según las fuentes consultadas, y está apuntalando las estructuras contiguas con cemento para evitar nuevos hundimientos.
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Según indicó personal de mantenimiento del camposanto, la sociedad pública que dirige Jordi Valmaña "estaba abriendo miles de nichos para verificar que no tuvieran grietas y se pudieran caer". Ello ha sido parcialmente confirmado por una portavoz de Cbsa, que ha admitido que "se solicita la apertura de sepulturas necesarias para dar un dictamen acertado" en el marco de los "trabajos de auscultación para detectar patologías" de bloques enmarcado en el nuevo plan director de la instalación.
Taladros y lápidas arrancadas
Si los trabajos de auscultación y apuntalamiento en el cementerio de Montjuïc suenan inocuos, no lo son tanto en realidad. Este medio ha podido comprobar in situ como dos empresas están arrancando el revestimiento de piedras de dos bloques de nichos cercanos al derrumbado. Sustituyen la capa por cemento tras un proceso manual y con uso de máquinas perforadoras.
Los trabajos que tienen lugar en la calle Sant Antoni Abad del cementerio están causando daños en los bloques de nichos contiguos, como ha podido verificar este medio. Han obligado a cortar la calle, a arrancar lápidas, a tirar a la basura las coronas de flores de los familiares y a causar molestias a los usuarios. "Están arrancando las piedras. Mientras, hacen las auscultaciones donde creen que pueden haber grietas. Ello es imposible de hacer sin abrir las sepulturas", han indicado empleados de Cementiris que se encontraban en el lugar.
"Emergencia"
Cuando Cementiris licitó el contrato para apuntalar los bloques por cerca de 160.000 euros, la sociedad explicó a este medio que era una medida "urgente" que se sumaba a un "plan de observación de nichos". Ahora, las auscultaciones se han adjudicado por cerca de 400.000 euros. El nuevo plan director costará otro millón de euros.
"No se puede precisar con exactitud el tiempo que durará esta afectación pero pensamos que en principio no se prolongará más allá de los seis meses", ha defendido hoy la misma fuente. Empleados de conservación de la empresa municipal han matizado esa versión. "Actúan sin saber qué hacer. El derrumbe les superó y ahora tratan de hacer todo lo posible por remediarlo e impedir que se repita. La pregunta es qué hicieron en el pasado y cómo lo hacen ahora. ¿Es demasiado tarde? Por los nervios de Cementiris, parece que sí".