Los datos que existen sobre el nivel que tienen los estudiantes en lengua castellana reflejan que los alumnos de las aulas catalanas se encuentran por encima de la media nacional. ¿Pero es realmente así?

La respuesta es que no se puede saber porque no hay ni una sola prueba que unifique los criterios en todo el Estado para determinar en qué comunidades hay un mayor conocimiento del castellano. Esta situación se reproduce en el resto de asignaturas: no hay posibilidad de establecer una clasificación porque no hay una prueba común para todos los estudiantes.

En los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Educación que recogen los resultados de de las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU), Cataluña ocupa la novena posición con una nota media de 6,41 en las competencias del castellano. Esta posición por encima de la media también se observa en los datos que gestionan desde la Generalitat y en los del Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (informe PISA). 

No se formulan las mismas preguntas

Ismael Palacín, director de la Fundació Bofill que trabaja en asuntos de educación, defiende a instancias de este medio que las pruebas de competencia lingüística del ministerio en primaria y segundo de la ESO demuestran que “el alumnado catalán tiene un dominio equiparable a la media de España”. Remite a un informe elaborado por su fundación que recoge los datos de la Evaluación General del Diagnóstico, del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (del año 2009 y 2010), perteneciente al ministerio. Palacín también apunta que las pruebas PISA en el ámbito europeo muestran las competencias “en el resto de materias” y que el resultado es parecido.

La lingüista Mercè Vilarrubias, por su parte, matiza que estas pruebas del ministerio tampoco conforman un único criterio para todos los alumnos españoles. Explica que entre los consejeros de Educación de las diversas comunidades autónomas se fijaron unos parámetros para que fuera un “tipo de prueba parecida”, pero que cada Ejecutivo regional sigue “eligiendo los textos” o el género de "redacción” que deben hacer los alumnos. Es decir, no se formulan las mismas preguntas para todos los estudiantes.

Todas las clasificaciones existentes sufren de lo mismo: la imposibilidad de hacer una comparación efectiva entre alumnos por la disparidad de criterios entre autonomías.

Pruebas PISA

Por lo que respecta a las pruebas PISA, también desde la Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB) rechazan que puedan ser fiables. Rafa Arenas, miembro de la entidad, asegura que estos exámenes solo “son de comprensión lectora”, y no evalúan otros criterios para conocer el dominio que tienen los estudiantes en dicha lengua.

En su momento, el coordinador en Cataluña de estas pruebas, Joaquim Prats, admitió que los controles se hacen solo en lengua catalana en Cataluña, lo que no pueden ser un indicador para conocer el nivel de castellano. Las pruebas PISA, además, "solo evalúan la comprensión lectora, las matemáticas y los conocimientos científicos", explica Vilarrubias.

Selectividad

Con las Pruebas de Acceso a la Universitat se mantiene la misma tónica. Cada autonomía elige su examen. Arenas, que también es profesor de Derecho Internacional Privado en la Universitat Autònoma de Barcelona, afirma que, por ejemplo, las pruebas en Cataluña de este examen no cuentan con una parte de análisis de la sintáctica del castellano; mientras que las de Madrid, sí.

La portavoz de AEB, Ana Losada, también abunda en que “cada comunidad autónoma elige sus preguntas en la Selectividad”. “En el bachillerato de Cataluña hay menos horas de castellano y de literatura que en otras comunidades. No pueden llegar al final del temario que fija el ministerio, y entonces en las PAU no evalúan sobre lo mismo”, razona.

Tentativas de una prueba común

La Evaluación General del Diagnóstico es una de las pruebas que se coordinan entre todas las consejerías de enseñanza regionales y que se realizan en el último curso de la educación primaria y de la secundaria (sexto de primaria y cuarto de la ESO). Pese a que se establecieron unos parámetros parecidos, tampoco ese trata de una única e identica prueba para todos los estudiantes del Estado. A juicio de Losada, esta situación se debe a que algunos gobiernos, como el de la Generalitat, se "opusieron" a que hubiera una prueba común "por razones políticas".

Asimismo, en 2010 se realizó lo que se conoció como Evaluación Coordinada del Ministerio de Educación para determinar el nivel de castellano de los alumnos catalanes en cuarto de la ESO y en segundo de bachillerato. Los críticos señalan que fue un “muestreo” y no una prueba puesto que solo se eligieron unos 50 centros educativos. “No se puede extrapolar el resultado. Y habría que ver cómo se eligieron los centros”, añade Losada.

Estos expertos que cuestionan los datos instan a que se elabore una prueba común para poder determinar con rigor el nivel de competencias de los alumnos de cada autonomía. No solo en castellano, sino en todas las materias.