El ministro de Finanzas de Andorra, Jordi Cinca, ha reconocido por primera vez que por su manos pasaron algunos de los lingotes de oro que Orfund, la empresa de la que fue director general, compró en Sierra Leona. “Sí, al menos en una ocasión, yo, personalmente, llevé varios lingotes de oro desde el aeropuerto de Barcelona a la frontera de la Farga de Moles (Lleida). El oro procedía de nuestros suministradores en Sierra Leona y había llegado a Barcelona en vuelo regular y con toda la documentación en regla”.
Cinca hizo estas manifestaciones en el Juzgado de Primera Instancia número 20 de Barcelona, donde ayer se celebró la vista por la demanda contra el honor que el ministro andorrano presentó contra Crónica Global y contra el expresidente de Orfund Joan Samarra a partir de diversas informaciones publicadas en las que se relacionaba Cinca con el tráfico de oro y de diamantes.
El ministro nervioso
Cinca reconoció que entre sus cometidos como director general de Orfund (1995-2000) se encontraba la gestión de la compra de oro y diamantes en países como Liberia, Sierra Leona y Mali, a los que viajó “al menos en ocho ocasiones”.
Cinca se mostró dubitativo y en ocasiones algo nervioso durante el interrogatorio al que le sometieron los abogados defensores. Especialmente titubeó cuando fue interpelado sobre la sociedad panameña Mariette Holdings Inc. (creada por el bufete Mossak Fonseca), que aparece en los llamado papeles de Panamá y de la que Cinca reconoció haber sido apoderado durante casi un año. Cinca vinculó esta sociedad con Orfund, cuestión que fue radicalmente desmentida por quien fuera presidente de la sociedad Joan Samarra.
Dura acusación
Durante la vista declaró como testigo Luis Bielsa, el delegado de las filiales de Orfund para Sierra Leona y Liberia. Bielsa se encargaba de la gestión de las minas de extracción de diamantes y de la compra de oro. Este testigo explicó sin tapujos que trabajó para “un delincuente, que es Jordi Cinca”.
Según Bielsa, Cinca, de quien recibía ordenes directas, blanqueaba el dinero de un empresario llamado “el libanés”, que era quien le “facilitaba el dinero en efectivo para pagar la compra de materia prima (oro y diamantes)”. “Cinca le devolvía el dinero que nos facilitaba en una cuenta abierta a tal efecto en Andorra, en Crèdit Andorrà”.