El Ayuntamiento de Barcelona ha impulsado este jueves el protocolo “No callemos” contra las agresiones y el acoso sexual en espacio de ocio nocturno privado de la ciudad. Se trata de una medida pionera en España, y a la que ya se han sumado nueve salas y tres festivales.
En una rueda de prensa de la alcaldesa, Ada Colau, y la concejal de Feminismos, Laura Pérez, la primera edil ha celebrado la iniciativa, que empezará este sábado: "No puede haber impunidad y nos corresponsabilizamos para hacer visibles y castigar estas actuaciones".
Disfrutar sin miedo
"Queremos disfrutar de forma relajada y sin miedo de que nos pueda ocurrir nada malo", ha dicho Colau, que ha insistido en que el objetivo es aumentar la concienciación y abordar mejor estos casos y a sus víctimas.
La iniciativa también quiere dar continuidad a los stands antimachistas que ya se instalan en las principales fiestas de la ciudad y en la zona del Frente marítimo durante los meses de verano.
Al protocolo se han sumado sala de concierto emblemáticas de la capital catalana como la Sala Apolo, Razzmatazz, Plataforma, Sidecar, Tarantos, Arena, Jamboree, Marula i Moog y, también, los festivales Primavera Sound, el Sónar y el Cruïlla.
Limitar la entrada y evaluar zonas oscuras
El proyecto dota a los responsables y trabajadores de estos locales de herramientas para detectar situaciones de posible acoso y para atender a las víctimas de agresiones, en corresponsabilidad con el consistorio.
En este sentido, el Ayuntamiento ha formado al personal para saber qué es una agresión, cómo atender a las víctimas, detectar al agresor y conocer las derivaciones del caso, según la voluntad de la persona y el grado de agresión.
Evitar la desigualdad de género
Además, las salas y festivales realizarán acciones de prevención como evitar criterios sexistas de acceso al espacio --como precios diferenciados por sexo--, limitar la entrada a personas con actitudes irrespetuosas, y evaluar las zonas oscuras o escondidas para priorizar su vigilancia.
También se evitarán actividades que fomenten la desigualdad de género, como códigos de vestimenta diferenciados por sexo, o que muestren faltas de respeto a las personas por razón de género o diversidad sexual.