El próximo 4 de febrero se celebra el Día Mundial contra el Cáncer 2018. Entre los de mayor incidencia, tal vez sea el cáncer de pulmón el que más preocupe desde el punto de vista de la salud pública, ya que todavía arroja tasas de curación y supervivencia a los cinco años muy modestas, frente a las esperanzadoras cifras de otros grupos de tumores frecuentes, como los colorrectales, los de mama y los de próstata.
No obstante, en los últimos años han aparecido nuevos fármacos, tanto inmunoterápicos como dirigidos, que han mejorado el pronóstico de algunos pacientes, sin olvidar los avances quirúrgicos, que permiten realizar lobectomías más extensas, precisas, exhaustivas e incruentas.
Hay que mejorar la prevención
Pese a todo, el cáncer de pulmón seguirá siendo difícil mientras no se mejore su prevención, fundamentalmente combatiendo el tabaquismo, y no se aumente el diagnóstico precoz. Para conseguir este segundo objetivo, cobra fuerza la Tomografía Axial Computarizada (TAC) de baja intensidad, dirigida a grupos de riesgo, principalmente fumadores o exfumadores de larga duración, mayores de 40-50 años y diagnosticados de EPOC.
Esta prueba no es barata y su implementación mediante un programa sistemático de cribado no estaría exenta de complicaciones como, por ejemplo, el importante infradiagnóstico de la EPOC, por lo que la sanidad pública no la está incorporando, pese al presumible aumento de la incidencia de estos tumores, en gran medida por la incorporación de las mujeres al tabaquismo.
Al alcance de las principales aseguradoras
En consecuencia, en España solo está al alcance de los usuarios de las principales compañías aseguradoras de salud, ya que los programas de cribado mediante TAC de baja densidad están disponibles en un número significativo de hospitales privados.