Tenían que reunirse cada 15 días pero tanto Jordi Valmaña como Eloi Badia han incumplido, de nuevo, su palabra. Las familias afectadas por el derrumbe de un bloque de 144 nichos en el cementerio de Montjuïc han sido están citadas por el director de Cementiris de Barcelona para este miércoles, 31 de enero, con dos meses de retraso.
El hundimiento en el que se reprodujo un nuevo caso Yak-42 tras mezclarse huesos de diferentes cadáveres ocurrió el pasado 15 de septiembre y los familiares todavía no tienen respuestas a todas sus preguntas.
Cinco plantones
El concejal de Presidencia en el consistorio barcelonés y presidente de Cementiris de Barcelona, Eloi Badia, se reunió --a instancias de la Síndica de Greuges de Barcelona, Maria Assumpció Vilà, que hizo de mediadora-- con ellos en un encuentro al que también acudió Valmaña y en el que prometieron verse cada 15 días.
Tendrían que haber celebrado hasta siete encuentros, pero a fecha de hoy solo llevan dos. Los principales afectados explican a este medio que la abogada de Cementiris de Barcelona ha contactado con el letrado de las familias --11 de ellas se unieron para luchar de manera conjunta-- e intentar llegar a un acuerdo.
Pruebas de ADN
La toma de contacto sirvió para que la representante legal de la empresa que gestiona los cementerios de la capital catalana preguntara qué quieren las familias. “Como si no lo hubiéramos dejado claro desde el principio”, explica una de ellas.
“Queremos que nos recuperen a todos nuestros difuntos, que nos hagan todas las pruebas de ADN y que certifiquen cuál es cada uno y, lógicamente, que los vuelvan a poner en el mismo sitio donde los teníamos. Los nichos eran nuestros en propiedad para siempre”, añaden, impotentes, las mismas fuentes.
No quieren dinero
Recuerdan que se unieron en la lucha para llegar hasta el final y conseguir todo lo que les pertenece y aseguran que “con una indemnización económica no nos harán callar”. Ninguno de los familiares afectados sabía, cuando ocurrió el desastre, que tenían derecho a una compensación económica por daños morales.
De todas formas, aseguran, esto ahora es secundario. “Lo primero y más importante es que nos encuentren a nuestra gente y nos certifiquen que son ellos”, concluye.