Imagen del cementerio de Poblenou de Barcelona

Imagen del cementerio de Poblenou de Barcelona

Vida

Valmaña se desentiende de las quejas del cementerio de Poblenou

El director de Cementiris de Barcelona alega que la palmera que creció en un panteón ya está muerta y que “hace mucho tiempo que no tiene ramas”

25 enero, 2018 00:00

La gestión de Jordi Valmaña al frente de los cementerios de Barcelona cada vez está más en entredicho. En plena vorágine por el derrumbe de un bloque de 144 nichos en el camposanto de Montjuïc --y la recreación municipal del caso Yak-42 mezclando huesos humanos de personas diferentes--, los usuarios del centro de Poblenou empiezan a levantar la voz.

La dejadez y abandono del cementerio es el principal problema que afecta a las tumbas. Uno de los propietarios afectados explicó a este medio que en el panteón situado junto al de sus familiares ha ido creciendo una palmera de grandes dimensiones desde la propia cripta.

Una palmera crece desde una sepultura del cementerio de Poblenou de Barcelona / CG

Una palmera crece desde una sepultura del cementerio de Poblenou de Barcelona / CG

Una palmera crece desde una sepultura del cementerio de Poblenou de Barcelona / CG

Palmera muerta

Las ramas causaron desperfectos e hicieron caer una pieza de mármol en una ocasión. Por eso lo puso en conocimiento del director de Cementiris de Barcelona y obtuvo por respuesta que la palmera no tenía ningún riesgo de caída ni afectaba a su panteón. Ironías de la vida, Valmaña le comunicó que su propiedad no estaba en buenas condiciones, por lo que le recomendaba una rehabilitación.

Este usuario puso en conocimiento del Síndic de Greuges la situación. Rafael Ribó ha obtenido recientemente una nueva respuesta del directivo de la compañía municipal: “Tiene que tener presente que la palmera que origina la queja y que está plantada en el panteón vecino del suyo está muerta a causa de un insecto que las mata”.

No la arrancará

Por lo tanto, añade que “la palmera hace ya mucho tiempo que no tiene ramas y las raíces tampoco afectan al subsuelo de su panteón”. Pese a todo, en un intento compasivo de Valmaña, sostiene que “pese a la nula afectación de la palmera en su panteón” ha consultado “con expertos” la posibilidad de sustraerla. Una solución que asegura inviable porque ha crecido sobre la lápida de al lado y arrancarla implicaría destruirla y “tiene carácter patrimonial y fecha del siglo XVIII”.

La carta de Jordi Valmaña al propietario del panteón sobre el que ha crecido la palmera / CG

La carta de Jordi Valmaña al propietario del panteón sobre el que ha crecido la palmera / CG

La carta de Jordi Valmaña al propietario del panteón sobre el que ha crecido la palmera / CG

No acaba aquí la argumentación, ya que si el ejemplar afectase al panteón del usuario que presentó la queja, “que no es el caso”, solo lo haría de forma parcial “en una pequeña esquina”. El director de Cementiris de Barcelona, una vez más, le recuerda que su sepultura está deteriorada y le ofrece, eso sí, toda la colaboración técnica para “emprender esta rehabilitación que ha mencionado en su queja”.

Preguntas sin respuesta

El principal afectado no quiere rendirse y vuelve a remitirse a Valmaña y al Síndic de Greuges, a quienes traspasa sus principales dudas. ¿Cómo sabe que la palmera no afecta a su panteón si no ha comprobado las raíces? ¿Quiénes son los expertos consultados? ¿Por qué no se extrae si ya está muerta? ¿Pueden los golpes de viento causar un accidente sobre las tumbas afectadas o sobre alguna persona? Si se niegan en rotundo a retirarla, ¿por qué no la talan a unos centímetros de la superficie y así eliminan la mayor parte del tronco?

Preguntas que, tras cinco años de quejas, el principal afectado teme que acaben siendo retóricas.