La Audiencia de Barcelona ha condenado a 23 años de prisión a un hombre por matar a su mujer a golpes y asfixiarla en una habitación de un hotel de Calella, Barcelona. Después de acabar con su vida, el asesino descuartizó a su pareja para deshacerse del cadáver.
Según la sentencia, el acusado viajó con su pareja a Calella desde Estocolmo, Suecia. Ambos acudieron a una discoteca de la localidad durante la madrugada del 9 de julio y fue entonces cuando el individuo mató a su pareja en la habitación del hotel dónde se hospedaban.
Al parecer, el hombre golpeó a la víctima en la cara y en la cabeza y a continuación le tapó la boca y la nariz para impedir que respirara hasta morir por sofocación. Después la descuartizó con unos cuchillos y abandonó sus restos dentro de dos maletas y una bolsa de basura en un camino y en una riera.
Delito de asesinato con alevosía
El juzgado le considera autor de un delito de asesinato con alevosía con el agravante de parentesco, al considerar que la víctima no tuvo oportunidad de defenderse, al no haber signos de lucha o defensa. Por otra parte, la sentencia le prohíbe acercarse a menos de un kilómetro a los padres de la víctima, al hijo en común que tenía la pareja y a otros dos hijos de la mujer por el plazo de 33 años.
Además, ha quedado inhabilitado para ejercer la patria potestad del menor por el tiempo que dura la condena y le impone el pago de una indemnización de 525.000 euros a los hijos y padres de la víctima.