El 31 de enero de 2015, un conductor ebrio atropelló a un agente de Mossos d’Esquadra, por lo que este miércoles la Sala de lo Penal ha confirmado la condena a tres años y tres meses de prisión. Se le imputan los delitos de homicidio por imprudencia y contra la seguridad vial por conducción temeraria por conducir a gran velocidad, atropellar y matar a un agente en un control de alcoholemia en Sant Quirze del Vallés, Barcelona.
El día del atropello, el acusado siguió circulando sin que pudiera ser alcanzado por los agentes que, de inmediato, iniciaron su persecución. A las ocho de la mañana fue detenido en Santa Coloma de Gramenet, donde residía, cuando su vehículo quedó bloqueado en una calle. En el momento de su arresto, dio positivo en la prueba de alcoholemia, con 0,71 mg de alcohol por litro de aire espirado.
Absuelto de cargos graves
La Sala de lo Penal ha desestimado los recursos de casación interpuestos por la Generalitat de Cataluña y la Federación Profesional de la Seguridad Pública de Cataluña (FEPOL) contra la sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona que, además, impuso al condenado la privación de su derecho a conducir durante cuatro años y seis meses, lo que supone la pérdida de vigencia del permiso.
En sus respectivos recursos, solicitaban una condena para el acusado por los delitos de homicidio doloso, en lugar de imprudente, y de atentado contra agentes de la autoridad, de los que fue absuelto en la sentencia recurrida.
La sentencia se basa en que la muerte que provocó sería consecuencia de “una maniobra errónea, motivada porque conducía totalmente afectado por la ingestión de alcohol, lo que unido a la velocidad superior a la permitida, le impidió o dificultó apreciar la existencia del control, y después reaccionar adecuadamente produciéndose el atropello, lo que constituye un delito de homicidio por imprudencia”.