Era uno de los proyectos estrella del programa electoral de Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, y tenía al frente a uno de sus concejales de confianza, Eloi Badia. Pero la funeraria pública está en la cuerda floja para conseguir que ERC apoye sus presupuestos y poder aprobarlos, por fin, en el pleno del próximo viernes.
“Una funeraria pública con seis salas de velatorios nos parecía insuficiente”, ha dicho la concejal republicana Trini Capdevila en rueda de prensa este miércoles, porque no supondría una rebaja de los precios. “Finalmente, tendremos un servicio público, digno y económico”.
Hasta 2022
Las ceremonias tendrán un coste de 1.800 euros, muy por debajo del precio actual. Alfred Bosch, líder de la formación republicana en el Ayuntamiento de Barcelona, ha anunciado que ahora sí es factible la abstención a los presupuestos que propone Colau porque el gobierno se ha comprometido en aparcar la idea de la funeraria pública a partir del 2022 y actuar para rebajar los precios de los entierros.
Una fecha en la que quizá Colau ya no esté al frente del consistorio barcelonés, dado que en 2019 se celebran las elecciones municipales.
“Siempre hemos insistido en la necesidad de rebajar los precios de los servicios funerarios de manera inmediata”, ha dicho Bosch, tras insistir en la necesidad de centrarse ahora, únicamente, en los precios.