Los turistas suelen pagar el pato del abuso de los precios en las ciudades más visitadas de Italia.
Es lo que les ha pasado a cuatro estudiantes japoneses en el restaurante Luca Sas di Zheng & Cheny C, ubicado en plena plaza San Marcos de Venecia. Los visitantes pagaron 1.145 euros por cuatro filetes y un plato de pescado, acompañados. Un precio desorbitado para la comida que pidieron.
Un periodista del diario Il Gazzetino, se hizo pasar por turista y pagó 82 euros por el mismo pedido que además incluía una botella de agua de 4 euros y 10,80 euros por el servicio.
Denuncian al local
Los estudiantes japoneses no protestaron en ese momento, pero no se tragaron lo que consideraban un fraude y presentaron una denuncia en una comisaría de Bolonia, donde actualmente residen.
Este abuso de los precios daña la imagen turística de Venecia y de Italia. Según el alcalde de la ciudad, Luigi Brugnaro, este caso es “un episodio vergonzoso”. “Haremos todo lo posible para castigar a los culpables”, espetó.
El camarero 'se encarga'
En otras ocasiones, los engaños se producen porque el camarero interpreta a su manera el deseo de los clientes. Es frecuente escuchar al camarero decir esta frase en Italia: “No se preocupe, yo me encargo de todo”.
Como recoge ABC, el resultado suele ser muy habitual como les ocurrió a otros tres turistas asiáticos --un matrimonio y su hijo-- en noviembre pasado. El camarero les llevó lo que él quiso: pescado, 20 ostras y bogavante. La cuenta ascendió a 526,50 euros. Cuando Luke Tang intentó protestar, se le respondió que se les había servido los platos que ellos habían solicitado.
Obviamente, el camarero jugó con el hecho de que los tres turistas asiáticos no conocían una palabra de italiano y se permitió llevarle costosos platos de pescado que no habían ordenado.
Luke Tang decidió escribir una carta al alcalde Luigi Brugnaro: “No espero ninguna restitución de dinero, pero me gustaría llamar su atención sobre este tipo de comportamiento, porque conlleva el riesgo de arruinar la reputación de Venecia”. El alcalde comentó con ironía el caso: “Uno come, bebe y después dice que no sabe el idioma. Pero si vienes a Italia debes aprender el italiano”.
Trato diferente
En esos restaurantes o bares en que se abusa con los precios, tratan de distinta forma al cliente local y al turista. Hay bares en lugares de especial interés turístico, como puedan ser la plaza de San Marcos o bares próximas a la plaza de San Pedro, donde al turista le pueden cobrar unos tres euros por un capuchino, mientras al cliente local le harán pagar 1,20.
Las autoridades dicen siempre que lucharán contra ese fraude que daña la imagen de Italia en el mundo. Pero la historia se repite.