La guardia urbana en prisión, Rosa Peral, le contó a una compañera de qué manera ella y su cómplice mataron a su novio Pedro Rodríguez. El cuerpo de la víctima --también agente de la Guardia Urbana-- había aparecido calcinado en un maletero de un coche.
“No sé cómo no notan que yo antes lo envenené”, fueron las palabras de Peral según declaró su compañera de la cárcel ante el juez, en el marco de la nueva causa judicial abierta por encargar el asesinato de su exmarido por medio de sicarios.
Según avanza La Vanguardia, ambas reclusas entablaron una relación de amistad en la prisión de Wad-Ras, lo que permitió a Peral confesarle que había querido matar a Pedro Rodríguez porque la quería dejar, tras descubrir que ella se había acostado con otro. Por primera vez desde que se produjo el crimen el pasado 1 de mayo aparece un móvil.